VIAJE EN CARAVANA

Ayer viernes llegué de mi viaje con la caravana por la Costa Azul. 14 días, 13 noches. Mi mujer y yo en solitario.

Hemos hecho 3.700 kilómetros en total. El punto más lejano: Mónaco. 338 litros de gasolina. Consumo del coche: 9.1 litros a los 100 kilómetros. Mucho más alto que el 6,4 habitual debido a la caravana y el aire acondicionado.

Siete campings distintos. Cuatro a la ida y tres a la vuelta. El más lejano: el de Antibes (cinco noches).

Dejé programadas las entradas para estas dos semanas. No quise avisarlo pero quizá hice mal. Pensé que podría conectarme más y responder a los comentarios. No ha sido posible. Quiero escribir una entrada sobre sexualidad y adolescentes para dar mi punto de vista sobre el interesante debate que pseudópodo y ddaa entablaron en esta entrada. Por cierto, la cosa no empezo bien. Decir que algo es un "despropósito de la beatería" no es un argumento en una discusión racional. Es un recurso retórico que no apela a la razón sino que da por supuestas muchas cosas y descalifica sin rebatir ni refutar lo que dice el contrario. Lo mismo sucede cuando alguien dice que "eso un tópico progre" o "un razonamiento carca". Habrá que explicar por qué en ese caso los carcas o los progres no llevan razón.

Quiero congratularme de que haya venido gente que hacía años que no comentaban en estas tierras: gentes como Debbie (antes devisita) y Don´t. Supongo que sabéis que un bloggero no es nadie sin sus comentaristas. Os sigo en otros blogs pero me alegro mucho de veros por aquí.

Tengo escritas unas cuantas entradas sobre el viaje o algunas que se me han ocurrido allí. Ya las iré colgando.

Os adelanto ya dos conclusiones:

1. Lo primero es decir lo bien que se come en la Costa Azul. Muy bien y muy barato. Muy rica la leche y las galletas de Carrefour, muy rica la fabada Litoral de bote que calentamos en el microondas, muy rico el plato de revuelto de ajetes (abrir y comer) que Pilar me dejó para mí solo. Fría y buena también la cerveza que con calamares en su tinta (lata de 78 gramos) tomaba de aperitivo cuando podía. Todo llevado allí desde España. Delicioso y muy bien servido.

(La autoria de este chiste se debe al grupo de Zamora 82, no sé exactamente a quién)

2. Viajando se aprende mucho. Por ejemplo yo he aprendido una barbaridad en el libro de Pascal Bruckner “La euforia perpetua” que he leído estos días. Ya os contaré.

El domingo me voy a Arenas con mi hijo. Pero allí tengo muchas posibilidades de conectarme como ya hice el año pasado. Los lectores las irán tomando cuando puedan, pero el blog no toma vacaciones.