UNA NUEVA PRIMAVERA
Hoy es diez de marzo y la primavera no entra hasta el 21. Hace muchos años, cuando yo tenía veinte, una primavera cambió mi vida. Estuve tres noches sin dormir y sufrí un “síndrome ansioso-depresivo” que me obligó a ir al psiquiatra, tomar antidepresivos (perfenacina y amitriptilina), ansiolíticos (Idalprem era la marca) y otra pastilla muy fuerte para dormir que ya no recuerdo.
Mi primera crisis depresiva la sufrí un 10 de marzo. Un día como hoy. Ya sé que hoy no faltan motivos objetivos para deprimirse. ;-) pero mi enfermedad de entonces la llamaban endógena, es decir que no tiene una causa externa objetiva que pueda explicarla.
Aprendí aquel año que la primavera, junto con el otoño, más que otras estaciones influyen en el estado de ánimo. Tengo noticia que tiene que ver con las horas de luz pero vaya usted a saber. Tome pastillas durante tres meses y durante el verano las dejé hasta el curso siguiente, que otro 10 de marzo (sí, el mismo día) me pareció notar los mismos síntomas y volví de nuevo al médico y al tratamiento. Creo recordar que fue más suave y ya no tomaba el neuroléptico de por las noches. Hasta una tercera primavera sufrí “mi depresión”. Siempre un 10 de marzo. Como soy un tipo sensible, me anticipaba un poco a la fecha oficial.
Recordaba el doctor Jambrina en un blog amigo que los seres humanos tenemos una peculiaridad curiosa. Creamos una idea (más o menos fundada en la realidad) y luego la sugestión nos hace funcionar como si fuera absolutamente existente. Yo soy el rey de la sugestión. Tengo en la figura del médico y los antidepresivos una fe ciega y comienzo a reaccionar al tratamiento antes de que la acumulación en sangre que estas sustancias necesitan empiece a hacer su efecto.
Me sucede lo mismo con la fecha fatídica. ¿La primavera la sangre altera? Pues venga, como loco.
Las depresiones desaparecieron durante años hasta que me convertí en el estudiante más viejo de mi generación. Casi con treinta años oposité y fracasé. El segundo año de oposiciones no pude aguantar la presión y necesite antidepresivos de nuevo. A la segunda aprobé, aunque no hubiera pasado de haber habido control antidoping.
Comenzar a trabajar me curó y gracias a Dios nunca más he necesitado antidepresivos. Los nuevos que tan de actualidad están no los he probado.
Ahora, algunas temporadas, cuando noto la astenia primaveral tomo “Astenolit”, unas ampollas bebibles que también me recomendó entonces aquel psiquiatra. Es un complejo vitamínico de esos que llama mi hermano médico de “baja utilidad terapéutica”, pero que a mi me hace sentir como Asterix bebiendo la poción. ¿Será de nuevo la sugestión que nombraba el amigo Jambrina?
Mi primera crisis depresiva la sufrí un 10 de marzo. Un día como hoy. Ya sé que hoy no faltan motivos objetivos para deprimirse. ;-) pero mi enfermedad de entonces la llamaban endógena, es decir que no tiene una causa externa objetiva que pueda explicarla.
Aprendí aquel año que la primavera, junto con el otoño, más que otras estaciones influyen en el estado de ánimo. Tengo noticia que tiene que ver con las horas de luz pero vaya usted a saber. Tome pastillas durante tres meses y durante el verano las dejé hasta el curso siguiente, que otro 10 de marzo (sí, el mismo día) me pareció notar los mismos síntomas y volví de nuevo al médico y al tratamiento. Creo recordar que fue más suave y ya no tomaba el neuroléptico de por las noches. Hasta una tercera primavera sufrí “mi depresión”. Siempre un 10 de marzo. Como soy un tipo sensible, me anticipaba un poco a la fecha oficial.
Recordaba el doctor Jambrina en un blog amigo que los seres humanos tenemos una peculiaridad curiosa. Creamos una idea (más o menos fundada en la realidad) y luego la sugestión nos hace funcionar como si fuera absolutamente existente. Yo soy el rey de la sugestión. Tengo en la figura del médico y los antidepresivos una fe ciega y comienzo a reaccionar al tratamiento antes de que la acumulación en sangre que estas sustancias necesitan empiece a hacer su efecto.
Me sucede lo mismo con la fecha fatídica. ¿La primavera la sangre altera? Pues venga, como loco.
Las depresiones desaparecieron durante años hasta que me convertí en el estudiante más viejo de mi generación. Casi con treinta años oposité y fracasé. El segundo año de oposiciones no pude aguantar la presión y necesite antidepresivos de nuevo. A la segunda aprobé, aunque no hubiera pasado de haber habido control antidoping.
Comenzar a trabajar me curó y gracias a Dios nunca más he necesitado antidepresivos. Los nuevos que tan de actualidad están no los he probado.
Ahora, algunas temporadas, cuando noto la astenia primaveral tomo “Astenolit”, unas ampollas bebibles que también me recomendó entonces aquel psiquiatra. Es un complejo vitamínico de esos que llama mi hermano médico de “baja utilidad terapéutica”, pero que a mi me hace sentir como Asterix bebiendo la poción. ¿Será de nuevo la sugestión que nombraba el amigo Jambrina?
Hoy es 10 de marzo. I am 48 years old y lleno de ganas de vivir. Tengo mucha experiencia superando primaveras. Pese a Zapatero, supongo que podré con esta.
Recuerdo haber tomado el astenolit de estudiante. Quiero decir, cuando yo era estudiante, no que exista un astenolit ad hoc para estudiantes. Dejaba un olor a medicamento en el sudor y la orina.
ResponderEliminarClaro que sí, ánimo, que esto no es nada.
ResponderEliminarLo principal para superar esto es ver la realidad, entender por qué pasan la cosas y cuál es la solución para que vuelva a pasar.
Lo que no ayuda es no ver la realidad, no asumir la derrota, no entenderla, pensar que la humanidad está contra ti y aferrarte 4 años en la crítica y enconamiento contra el que te ha "vencido".
Moraleja: que no pase como el 2004, asumid la derrota, superarla, cambiar los líderes y la estratégia (como hizo el PSOE en su día), y en 2012 vuelta a intentarlo.
Y de todas formas, no te lo tomes tan a pecho, que no eres un alto cargo de PP que vaya a perder ni el puesto ni su sueldo.
Déja eso para los que tienen de verdad "colgando" hoy todas sus expectativas para los 4 próximos años.
Ánimo, saludos,
Jesús
Pienso ahora en los años de aprobar exámenes y buscar trabajo. Me parece una época paradójica, a la vez concicionada por la necesidad de independizarse económicamente y arbitraria por esa misma razón. Y cuando adquieres una seguridad económica y laboral de alguna manera te sientes libre de toda esa necesidad. Luego solo hace falta que el trabajo te guste al menos un poco.
ResponderEliminarConozco un familiar que angustiado con el temario de Registros y Notariado soñaban con que empezasen los bombazos atómicos en plena Guerra Fría. ¡Menudo ansiolítico/ antidepresivo!
ResponderEliminarPor cierto, hoy hace un frío del carallo primaveral.
¡Enga, pa'lante!
Excelente post.
ResponderEliminarLa sugestión aahhhhh¡¡¡¡
Qué gran tema. El tema de mi vida.
En realidad, la capacidad de sugestión que se activa a la hora de hablar de temas relacionados con la salud mental nos impone a los profesionales hablar con mucha prudencia.
En pocas ocasiones al hablar de un tema también lo estamos determinando.