VACACIONES

Julio y Agosto. Sesenta y dos días. Dos meses por delante.

¿Qué hacer en la vida cuando uno puede elegir? ¿A qué quieres dedicar tu tiempo?

Muchas veces me he hecho esta pregunta y nunca me decido a responderla de un modo teórico, aunque todos la respondemos en la práctica.
¿Qué proporción de cosas deben ser productivas y cuantas no?
Yo tiendo de modo natural al juego y a lo improductivo.

Hay algunas tareas ineludibles. Tendré que hacer la comida, la colada y mantener un poco la limpieza de la casa. Todo ello lo compartiré con Pilar cuando esté y me veré obligado a hacerlo solo durante la parte del mes de julio que ella permanezca en Salamanca. Atención al “solo”, no lleva tilde. El sentido de la frase cambia completamente si se pone con ella.
La principal tarea y la que más me ata es la de estar un poco al tanto y vigilante con los estudios de mi hijo al que han quedado tres en segundo-bach y ha de aprobar en septiembre.

Por otro lado me dedicaré a actividades absolutamente improductivas: Pasear por el campo, resolver problemas de ajedrez de los periódicos, bañarse, escribir bobadas que me entretiene escribir. Todas ellas actividades inútiles que encuentran en sí mismas su recompensa, sin ningún beneficio posterior, sin ninguna consecuencia positiva para otros.

Otra cosa que haré será leer. Durante la carrera no leí a Platón, ya sé que es imperdonable, pero es así. El verano pasado me lo pasé muy bien haciéndolo. Cuando me apetecía y lo que me apetecía. Sin obligación y sin prisas. Este año repito.

Me gustaría hacer también una programación de aula para la filosofía de primero de bachillerato. Distribuir todo lo que quiero dar en todas las horas de las que dispongo. Para tener un asunto asignado a cada día y saber cada hora del curso que es lo que tienes que explicar ese día. Para que la asignatura no sea una larga cinta que cortas por cualquier parte cuando se acaba el tiempo correspondiente de cada clase para retomarlo al día siguiente donde lo dejaste.

En cuarto de la ESO lo tengo hecho. Y en segundo de Bachillerato más o menos también.

No hay días más felices que estos primeros del verano. Arenas de S. Pedro es además un lugar privilegiado. No estoy eufórico. Quizás cuando estemos allí y me pueda ir paseando entre árboles al monasterio de S. Pedro, un kilometro o dos apartado de mi casa.
La vida es hermosa.

-------------
No estoy seguro qué pasará con el blog. Estoy muy contento de lo hecho en dos meses. Lo visitan una media de más de 20 personas distintas diarias, aunque los últimos días ha disminuido, supongo que por el verano. En Arenas no tengo internet, aunque hay un ciber. Quizás ponga algo una vez a la semana. O quizás prepare cosas para colgarlas en el invierno.