07 junio, 2007

MI MUJER YA APRENDIÓ


MI MUJER YA APRENDIÓ 1ª PARTE.

Pilar se queja más últimamente, porque se ha quejado siempre, de que le voy contando problemas para que me los resuelva.
Yo: "Estoy agobiado, hoy tengo que devolver estos libros a la biblioteca, corregir todo el grupo de segundo y además poner un examen para los de primero."
Ella: "Yo te llevo los libros. Corrige tranquilo."

Os prometo que no lo hago con intención. Que cuando le cuento un problema no estoy esperando que ella lo solucione. Que sólo me lamento porque desahoga, que no busco ningún comportamiento especial por su parte. Así se lo explico y creo que soy sincero. Pero no cuela.

Quizás algo habrá de cierto en su reproche porque mi amiga Sonia, cuando trabajábamos juntos en La Adrada, decía que era yo quien sugería convocar una cena con todos los compañeros pero que al final era ella quien terminaba organizándo todo lo necesario para llevarla a cabo.

Que me dejo querer, resumiendo.

El fin de semana pasado vinieron unos amigos míos (no de mi esposa) a unos conciertos de música electrónica que se celebraban en la ciudad. Propuse a mi mujer que los invitaramos a comer y aceptó.
“Puedo hacer magro de cerdo con pimiento y tomate, pero no se me ocurre qué hacer de primero” dije yo.
“Hacemos una ensalada grande y le echamos de todo”. Creo que utilizó la primera persona del plural pero no estoy seguro.
Cuando aquella mañana me levanté temprano (siempre lo hago los fines de semana) puse la olla porque me había preocupado de comprarlo todo el viernes. Quizás pensé que ella preparía la ensalada. Quizá no pensé nada. No estoy seguro.
A las doce ella dijo que se marchaba al Rastro con mi hija. Me pareció bien.
Me puse a hacer la ensalada. Puede parecer algo sencillo, de hecho lo es. Aunque no para una persona que ha leído a Descartes y tiene metida la duda metódica en el centro del alma. Otro día os lo cuento.
En fin, tuve mis dudas pero al final estaba todo hecho, sólo faltaba aliñarla. ¡Que gran responsabilidad! Para estas cosas siempre echo mano de Pilar. Ya eran las dos. Mis amigos telefonearon diciendo que estaban en un atasco (era el único que había en Salamanca pero a veces pasa). Telefoneé a Pilar. Le expliqué que aún no habían llegado. Se debió oler lo de la ensalada porque dijo muy firme: “Yo voy con Elena al bar de enfrente, si llegan con tiempo nos vemos allí”. Se había propuesto llegar a mesa puesta y no me quedó otra. Puse la mesa, enderecé la ensalada (¿o será aderecé?) y mis amigos y mi mujer llegaron casi a la par , cuando ya no había nada que hacer.

Parece que ya aprendió. Se terminó la sobreprotección. Se acabó sacarme las castañas del fuego. Quiere que me haga mayor. Ese mismo día por la tarde me tiró todos los pantalones cortos a la basura.



MI MUJER YA APRENDIÓ. 2ª PARTE.

Aunque el otro día flaqueó un instante.

Había que ir a buscar el coche a un polígono a las afueras. Por fin me lo dan después de la reparación. Como el ceda me lo salté yo sin necesitar su ayuda, ella ha considerado que era yo quien tenía que hacer todas las gestiones para arreglarlo. Y así ha sido.

Le dije que iría temprano a buscarlo. ANDANDO. Se lo debí decir varias veces porque al final se ofreció: "¿Quieres que vayamos con el coche de tu padre y luego yo me traigo el nuestro?"

Me perdió el amor propio: “No, que luego me reprochas que me tienes que ayudar a hacer todo”.

¿Lo dije creyendo que insistiría? No sé. Ella ya aprendió.
Me fui andando.

8 comentarios:

  1. Anónimo8/6/07, 9:35

    Tuvo que haberle costado mucho a ella no aliñarte la ensalada y dejarte ir andando.
    No se puede ser vago y tener amor propio al mismo tiempo.
    Me hacen gracias estas pequeñas cosas tuyas.

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  2. Ya sabes que las hermanas García Martín, cuando quieren, los tienen bien puestos ;-) a todos nos tocan vivir cosillas de estas a menudo, son imprevisibles, a veces se involucran en todo sin que lo pidas, otras te dejan "con el culo al aire" sin darse cuenta de tu verdadera intención, pero no podemos vivir sin ellas!.

    Por cierto, dile a Pili (lo de Pilar lo dejo para tí) cómo se accede a leer este Blog (si eres hombre!), para que lea las cosas que escribes. Estando en Valencia en la comunión, al hilo de lo del programa de TV-debate aquél, nos preguntaba cómo se accedía a tu "famoso" Blog. Yo disimulé que no sabía nada de nada... pero seguro que la hace ilusión leer estas cosillas que escribes cada día (y que algunos leemos y comentamos, no te quejarás de audiencia).
    Saludos, Jesús-cuñado

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  3. Muchas gracias, devisita. Si un día no le divierten a nadie seguramente dejaré de escribirlas.

    O quizás sí, tu comentario me anima a seguir, pero yo estoy seguro que me lo paso mucho mejor haciéndolo que vosotros leyéndolo.

    Cuñado, este blog no es secreto. Puedes decirle a Pilar la dirección cuando quieras. Los niños han nombrado lo de "patatitas pochas" ella no ha mostrado ningún interés. A mi no me ha preguntado nunca. Ese día de VAlencia, como estaba por medio la historia de la tele le entró curiosidad. Ella me conoce de sobra y espero que cuando lo lea no le parezca mal.

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  4. Mi mujer me lee tras pedírselo casi de rodillas, creo que me aguanta bastante al natural como para además leerme en el ciberdespacio (uy, perdón, el ciberespacio). Quien quiera entrar en este blog, ya sabe que está enlazado casi desde su naicmiento desde el mio.

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  5. Por cierto me alegro de que vayas superando lo del coche.

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  6. Sabes que las de La Adrada siempre hemos admirado profundamente a tu santa. Es un peaso mujer.Al hilo de aquel post sobre tu despedida en L.A. (¿y yo dónde estaba?)te contaré, para tu envidia, que ayer celebramos la II edición de "Los hombres cocinan". En la cafetería del Mati. Todavía no me he recuperado del atracón. pena que no estuvieras con tu ensalada endiñada...

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  7. Avería, ¿tú estuviste en la despedida de Ernesto?

    ¿no estuviste un tiempo de baja con una contratura o algo así?

    A lo mejor coincidió ese año. Al curso siguietne empezaba Rafa de director.

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  8. Pues no me acuerdo. Levemente me suena lo de la despedida de Ernestinto, la tuya no. Yo voté por Rafa, pero no llegué a tenerlo de director. Caramba con la memoria: se me acumulan los adioses, los cursos y los festejos...

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