El coste de las cosas.
Me regalaron Walden de Thoreau.
Este hombrito del XIX (se cumplen doscientos años de su
nacimiento) se marchó dos años a vivir junto a un lago en plena naturaleza,
prescindiendo de las comodidades de la vida “civilizada” y construyendo él
mismo su propia vivienda. Nuestra sociedad se ha hecho mucho más compleja. Si
alguien repitiera la experiencia de Thoreau hoy en día estaría renunciando a
mucho más que Thoreau.
Pero de lo que quería hablar era de una frase que me ha
hecho pensar: El coste de una cosa es el tiempo de vida que he hemos de dedicar
a conseguirla. (Cito de memoria)
Mi hija se ha puesto unas uñas postizas. Le han costado 15
euros, exactamente el dinero que ha ganado cuidando a su sobrino durante dos
horas. He calculado que una autocaravana (barata, no muy cara) supondría un año
entero de trabajo. ¿Estoy dispuesto a dar lo uno por lo otro?
La idea nace, creo, de un error de partida. Hay una parte
de la vida que es la deseada y hay otra parte, –moneda de cambio- que es medio
para conseguir la primera. ¿No sería mejor disfrutar de la vida completa? ¿Es
que mientras mi hija cuida a su sobrino no vive? Aquí vuelve la diferencia entre
querer tener los platos lavados y querer lavar los platos.
Sin embargo, todos entendemos lo que Thoreau quiere decir.
Se trata de las acciones utilitarias. Las hacemos con vistas a un objetivo y en
ese sentido son el coste a pagar por ese objetivo. Mi madre decía que yo era
como aquél del cuento:
-Madre, quiero caldo.
–Trae la taza.
-Ya no quiero caldo
Mi trabajo no me permite dejar de trabajar cuando he
conseguido el dinero necesario para tener lo que quiero. Sería ideal que fuera
así. Creo que trabajaría menos.
Tenemos muchísimas comodidades y ventajas en esta sociedad.
Pero al mismo tiempo tenemos preocupaciones, trabajos y responsabilidades que
son el precio a pagar por todas ellas. ¿No sería mejor una vida más relajada a
cambio de menos bienes? Ya lo conté aquí una vez. Muy pocos profesores piden
los tres meses sin sueldo a los que tenemos derecho cada dos años. Yo mismo, que
digo ser partidario de ganar menos con tal de trabajar menos, no lo he pedido
nunca. Pero creo que los dos próximos cursos lo voy a hacer. Me lo puedo pagar
con la herencia de mi madre.
:)
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