Líos y más líos.
Es viernes por la mañana (aunque esto se publique el sábado). Estoy en un aula haciendo una
guardia ante un pequeño grupo de niños de primero que se ríen en voz baja o
hacen deberes.
Esta tarde viajo a Robledillo de la Vera y lo hago feliz con
tal de alejarme de los líos con las mujeres que cuidan a mis padres.
La nueva interna que está durante la semana (lleva veinte
días) me ha pedido ganar más porque dice que mi padre no es autónomo sino
dependiente. Difiero.
Este fin de semana es el último de la mujer que hacía (hace
aún) sábados y el domingo. Estamos pagando como si hiciera 36 horas de trabajo
efectivo, cuando en realidad pueden ser muchas menos: 16 de trabajo, seis de
descanso, cuatro de permanencia y el resto de pernocta. Aunque ya he entrevistado
a varias mujeres aún no sé a quién coger.
Para colmo de males y preocupaciones ayer me enteré que
desde la cuenta de mi padre le han ingresado a la antigua asistenta el sueldo
de septiembre. En realidad este mes ya no trabajó pero olvidé quitar la
trasferencia periódica que tenía programada y el día 28 le han ingresado un
sueldo completo que ya no le corresponde. Hablando con ella y explicándole supongo
que no habrá ningún problema en que lo devuelva, pero de momento está en
Nigeria y hasta el 12 de octubre no tenía el billete de vuelta. Como todo es
legal y está perfectamente documentado no habría ningún problema en pedir el
reintegro judicialmente. Espero que no haya que llegar a eso.
¿Podré olvidarme estos líos cuando esté sentado meditando?
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