16 marzo, 2016

La segunda peor medicina en el mundo: las benzodiazepinas.

Sacado de la entrevista a ALLEN FRANCES, psiquiatra emérito, director del DSM IV y feroz crítico del DSM V. 

¿Es posible utilizar drogas psiquiátricas para mejorar la calidad de vida de las personas que no tienen una enfermedad? ¿Para producir placer? ¿No es el placer un indicador de un aumento de la calidad de vida? ¿Es una función de la psiquiatría el mejorar la vida de los seres humanos?
En todos los medicamentos existe un riesgo y un beneficio. Los beneficios de la medicación para las personas con problemas severos son claros y vale la pena el riesgo. A medida que los problemas se vuelven más leves, la medicina es mucho menos necesaria. La tasa de respuesta al placebo aumenta. La tasa de respuesta al placebo para problemas leves es del cincuenta por ciento o más. En caso de problemas graves, es cercana a un diez por ciento. El verdadero beneficio de la medicación es menor cuanto más suave es el problema. Los riesgos siguen siendo los mismos, tanto si se trata de un problema grave como de un problema leve. Pensando en la relación de riesgo-beneficio está muy claro para mí que en las personas con problemas graves merece la pena el riesgo. Pero para las personas con problemas leves la medicación debe ser un último recurso. Solo después de haber intentado todo lo demás, incluyendo una observación vigilante y una psicoterapia.
Lo que está pasando en nuestra sociedad es que las compañías farmacéuticas no están demasiado interesadas ​​en los pacientes graves ya que representan una parte muy pequeña de la población. Están más bien muy interesadas en la gente que está bien o casi bien porque representan una parte muy grande de la población, y porque son muy buenos respondedores al placebo, y también porque suelen tener dinero. La comercialización excesiva de drogas psiquiátricas está dirigida hacia las personas con salud. Ese es el gran mercado y hay clientes felices debido a una alta tasa de respuesta al placebo. Incluso si no necesitan la medicina en absoluto responden y sienten que el medicamento es útil y por lo general lo toman por largos periodos de tiempo. El verdadero interés de las empresas farmacéuticas es centrarse en las personas que no necesitan medicamentos. Son los clientes perfectos para la industria farmacéutica. Al influir en los médicos de atención primaria han medicalizado la angustia de la vida cotidiana. En España muchas personas toman medicamentos como ansiolíticos, antidepresivos o antipsicóticos para afrontar los problemas de la vida cotidiana. Creo que si el ciudadano medio tiene dificultades en la vida —pierden el trabajo, tienen problemas financieros o problemas en el matrimonio, o pierden un ser querido— estos son parte de la experiencia humana y la medicación es probable que sea más perjudicial que útil. Creo que los niños que son hiperactivos, en su mayor parte lo superan al crecer. Probablemente un dos o tres por ciento de esos niños debería recibir medicación para el trastorno de déficit de atención. Ahora en los Estados Unidos la cifra de niños en tratamiento farmacológico es más de tres veces superior. En los Estados Unidos, el quince por ciento de los niños hasta que cumplan los dieciocho años tendrá diagnóstico de TDAH. ¡Un quince por ciento! El mejor predictor de obtener un diagnóstico es ser el niño más pequeño de la clase. Los más pequeños de la clase son menos maduros. Así que ahora la inmadurez está siendo diagnosticada como una enfermedad. Estamos tomando problemas educativos y problemas sociales y haciéndolos problemas médicos. Son problemas que deben ser tratados con soluciones educativas y sociales. En su lugar tenemos personas que dicen que eso es un trastorno mental y que hay que darles una pastilla. Las pastillas se usan ​​en exceso en la sociedad. Para un ciudadano medio puede haber un beneficio a corto plazo, pero solo a corto plazo, y un riesgo a largo plazo. Las benzodiacepinas son fármacos muy malos. Los peores son los medicamentos analgésicos. En los Estados Unidos los analgésicos opioides están tras la muerte de diecinueve mil personas al año. Analgésicos recetados. Causan mucha adicción a opiáceos y a la heroína. Son las peores píldoras en el mundo. ¿Se usan en exceso aquí también?
Sí, creo que sí.
Son los peores medicamentos del mundo. La gente debe evitarlos. Los médicos los dan como caramelos. La segunda peor medicina en el mundo: las benzodiacepinas. Muy a menudo las personas se vuelven adictas a ellas, y entonces es casi imposible retirarlas porque los síntomas de abstinencia son terribles. Estos son medicamentos que no deben ser utilizados por casi nadie y, sin embargo, se están utilizando con mucha frecuencia. La gente debe darse cuenta de que los medicamentos no son píldoras de la felicidad —que pueden tener efectos secundarios muy malos, incluyendo un deterioro cognitivo marcado—. Deben tomarse con mucho cuidado cuando no hay una razón clara para ello.

1 comentario:

  1. Un poema de Wislawa Szymborska:

    Prospecto

    Soy un tranquilizante.
    Funciono en casa,
    soy eficaz en la oficina,
    me siento en los exámenes,
    comparezco ante los tribunales,
    pego cuidadosamente las razas rotas:
    solo tienes que tomarme,
    disolverme bajo la lengua,
    tragarme,
    solo tienes que beber un poco de agua.

    Sé qué hacer con la desgracia,
    cómo sobrellevar una mala noticia,
    disminuir la injusticia,
    iluminar la ausencia de Dios,
    escoger un sombrero de luto que quede bien con una cara.
    A qué esperas,
    confía en la piedad química.

    Eres todavía un hombre (una mujer) joven,
    deberías sentar la cabeza de algún modo.
    ¿Quién ha dicho
    que la vida hay que vivirla arriesgadamente?

    Entrégame tu abismo,
    lo cubriré de sueño,
    me estarás agradecido (agradecida)
    por haber caído de pie.

    Véndeme tu alma.
    No habrá más comprador.

    Ya no hay otro demonio.

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