El amigo del desierto. Novela.
Leí “El amigo del
desierto” de Pablo d’Ors. Como género, yo prefiero el ensayo. Esto es una
novela, no un ensayo disfrazado, como creí que sería. No estoy seguro que sea muy valiosa para
quien no conozca las claves de “Biografía del desierto” con las que yo lo leí. (ya
Os cuento un detalle que
a mí me interesó mucho. El protagonista tiene unas fotos del desierto en la
pared de su habitación. Cuando, por primera vez, viaja al desierto se siente
decepcionado y comunica su sentimiento a un compañero. En la novela esto son
solo unas frases pero la idea, explicada en Biografía del Silencio, para mí es una revelación.
No es posible que una
foto sea mejor que la realidad, porque está claro cuál es el origen de cuál. Lo
real siempre será más rico, más vivo, más interesante y más real, en
definitiva, que cualquier idea que podamos hacernos de ello.
La idea de algo, como una
foto, (ya se que una foto es una imagen, pero para lo que quiero decir sirve igual) simplifica lo real, es decir, prescinde de mil aspectos que lo constituyen. Por esa razón, la realidad
puede dar origen a una innumerable cantidad de fotos diferentes. La foto no.
Os pongo un ejemplo diferente. Cualquier
entrada de este blog es mejor que cualquiera de aquellas entradas perfectas que
yo tenía en la cabeza como modelo ideal cuando las escribí. Aunque solo sea
porque unas existen y otras no.
Aprendí esto de
Nietzsche, pero se ve que no lo aprendí. El mundo platónico de las ideas
desprestigia y devalúa el mundo efímero de lo sensible. Frente a la voluntad de
ideas que tenemos todos, Zubiri quiere ser fiel a la voluntad de verdad. Es decir, hay que estar siempre abierto a la realidad, que nunca se deja encerrar en ideas.
Casi todos vivimos de ideas, supongo que por pereza y porque
lo que queremos es manejar la realidad, no dejarnos llevar por ella. Despreciamos la vida, por eso lo que queremos es encasillarla, categorizarla,
dominarla. Nos refugiamos en los esquemas mentales que nos hemos fabricado de
ella y en esos constructos pobres y diminutos queremos vivir.
Consecuencia: como la realidad
desborda, a todas horas, nuestras ideas, sufrimos.
Las ideas nos limitan. Estoy de acuerdo. Si el pensamiento se basa en ideas entonces también está limitado. Pero al mismo tiempo hay que admitir que el pensamiento nos ha traído hasta aquí, quiero decir, nos ha llevado a darnos cuenta de su propia limitación lo cual no está nada mal ¿no?.
ResponderEliminarSi. Sin ideas no se puede vivir. El hombre las necesita pero al mismo tiempo no puede olvidar que su objetivo es la realidad misma, no ese mapa insuficiente (las ideas) que se fabrica para manejarla.
ResponderEliminarSi. Sin ideas no se puede vivir. El hombre las necesita pero al mismo tiempo no puede olvidar que su objetivo es la realidad misma, no ese mapa insuficiente (las ideas) que se fabrica para manejarla.
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