Gatos y educación de los hijos.
Cuidando a los gatos he
aprendido algo sobre la educación de los hijos.
Hasta hace poco pensaba que era muy fácil que un gato no estuviera gordo. Viviendo en casa, todo
lo que puede comer es lo que nosotros le demos. Nada más. ¿No parece muy fácil
ponerlo a dieta?
Cuando llegas de la calle
se acerca al lugar donde come. Te mira y mira su plato vacío, repitiendo el
gesto varias veces. Está claro lo que quiere. Y tú lo ves allí, paciente, impotente, implorado. Nada puede hacer, si rehusas darle. Solo esperar, y si te marchas y
vuelves al rato, allí lo encontrarás en la misma posición. Sentado, esperando. Echando
una mirada al plato, si lo miras. Imposible negarle lo que pide. Aunque sepas
que ya le diste más de la dosis recomendada.
Por la misma razón es difícil
educar a los hijos. Nos cuesta privarles de lo que piden, aunque no siempre les
convenga.
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