06 noviembre, 2015

Tanto tienes, tanto vales.

Supongo que os suena aquello de “Ser y tener” de Fromm. En casa siempre se nos dijo que no se trata de tener, sino de ser. En aquellos años, a mi padre la frase “tanto tienes tanto vales” le habría parecido muy mal. También se nos enseñó que no importa lo que los demás digan de uno. Lo importante es lo que sea uno. Pero hay mucho camino del dicho al hecho.

Un día, ya siendo viejo, mi padre se compró un abrigo muy caro y con muy buen aspecto. No era frecuente en él gastarse tanto dinero en una prenda de ropa y quise saber la razón. Me respondió que quería que cuando la gente lo viera, en lugar de pensar “ahí va un pobre viejo” exclamara “caramba, qué buen abrigo lleva el viejo”.

Me acuerdo que no le discutí nada, (es raro que no lo hiciera, siempre le he llevado la contraria), pero me sentí defraudado. Mi padre siempre había despreciado el dinero y la ostentación, y es cierto que nunca ha sido avaricioso ni ha querido aparentar, pero resulta que en su vejez se agarraba como tabla de salvación a lo más fácil. 

Me ha vuelto a la cabeza esta anécdota, con motivo de mi cruce de ideas con Joselu.

Quizás está feo que critique aquí a mi padre, pero no hay mala fe por mi parte. No creo que él sea peor que yo o que otros muchas personas en relación con ese asunto. Él es como todos, como explicaba Joselu en su últimos comentarios, necesitamos el reconocimiento de los demás para sentirnos valioso. Forma parte de la psicología humana.


Pero quizás se pueda escapar a esta esclavitud. Quizás en el silencio, tras muchos años, se pueda comprender que somos alguien con independencia de lo que nos consideren los demás. Yo quiero aprenderlo. Vivir pendiente del “éxito” es lo que me ha traído a esta crisis de ansiedad que padezco. No creo que vaya a ser un camino fácil ni corto. Pero quiero recorrerlo. Puesto que un día la muerte me lo arrebatará todo, quiero irme desprendiendo de esos mil afanes que no me hacen vivir mejor. Quiero ser feliz ya desde ahora. ¿Agobiarme? Para qué. Estoy vivo, eso ya es maravilloso. Y ahora me voy a la cama a leer La hipótesis de la felicidad que ya lo empecé ayer y me está entusiasmando. 

1 comentario:

  1. Me gusta debatir contigo. No sé si lo hago con mucho acierto. Eres profesor de filosofía y puede que tengas un enfoque más lógico de las discusiones. Yo soy de literatura. Y me invade la sensación de estar dentro de una obra literaria. Tengo la impresión de que estamos en momentos distintos. Puedo reconocer en ti los años en que a caballo entre los treinta y los cuarenta buscaba algo semejante a lo que buscas tú. Luego vino una década de oscuridad. Ya he hablado de ello. Y ahora estoy en otro momento distinto. Pero no sé en cuál. Yo no leería nada de lo que ahora te motiva a ti sobre la felicidad. Pero no lo enjuicio de ninguna manera. Cada uno tiene su camino. Y el camino de cada cual es privativo. Yo ahora estoy leyendo una biografía de Franco de Stanley Payne. Es una mirada netamente distinta sobre esta figura clave en la historia del siglo XX. Me atrae la historia. Y la historia de España, más si está contemplada por una visión desinteresada y desapasionada como la de un británico me interesa doblemente. Gracias por tus palabras en que me mencionas. Es un lujo poder participar en tu blog. Un cordial saludo.

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