06 enero, 2015

El embuste de "mi vida".

Una de las tonterías más extendidas es eso de “mi vida”. “Mi vida” es siempre “nuestra vida”. Es frecuente escuchar a las parejas jóvenes recién casadas que van a esperar un poco hasta tener hijos porque luego cuando los niños nacen no te dejan vivir “tu vida”.

Desde hace varios años “mi vida” es “la vida de mis padres”. Supongo que siempre ha sido así pero ahora lo noto más. Mis hijos ya se quejan. ¿Otra vez el tema de la comida es "tus padres"?
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Podía dejar esto para otro día pero…

Nuestro gato es muy poco gato. No es nada huidizo. Al contrario, casi siempre busca la compañía. Le encanta que le acaricien. Cuando llegas de la calle suele salir a recibirte. Y todas las mañanas también. Aunque tiene comida puesta, parece que le gusta que yo vaya a echársela nueva y entonces come. El nombre de Borges no está teniendo mucho éxito. Se me olvida llamarlo así. Lo llamamos “gato”. Es muy cariñoso para lo que suelen ser los gatos, por lo que me cuentan. Mucho mejor. La veterinaria también dijo que era muy bueno porque se dejó hacer el examen completo sin oponer ninguna resistencia. Por lo visto no siempre es así.

El que se encarga de darle de comer y limpiar el arenero soy yo. No sé si buscar unos arneses para pasearlo porque le se nota que le gusta salir a la calle, pero tengo miedo de encontrarme con un perro y no saber qué hacer. A las 9 o las 10 de la noche le entra una gana infinita de salir. Mira por la ventana, va a la puerta de la calle maullando. En realidad siempre que vas a la puerta de la calle él va contigo porque quiere salir, aunque solo lo hemos llevado alguna vez al veterinario y alguna otra vez a casa de mis padres. La casa de mis padres no le interesa demasiado. Lo que quiere es ir a la calle de verdad.

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