01 julio, 2018

OLVIDO DEL CUERPO


El olvido del cuerpo. Me lo hizo notar Isaac, que a veces ha comentado en este blog, después de ver un vídeo que colgué aquí. Desde luego soy demasiado espiritualista. Me produce cierto rechazo que la postura corporal sea importante en la meditación, por ejemplo. Pero hay un aspecto en el que no me olvido del cuerpo. A la hora de pensar en la identidad de alguien. 

Por primera vez, nos juntamos hace tres días, los del grupo de meditación de los jueves para tomar unas cañas. Como apenas si nos saludamos a la entrada y a la salida de la meditación no nos conocíamos de nada. Era, digamos, el primer encuentro y de muchos no conocía ni su nombre. 

Aunque normalmente acude más gente a meditar, los que nos juntamos ese día fuimos once personas. Era el último día antes de las vacaciones de verano el que habíamos fijado para tomar unas cañas.
Estábamos sentados en una terraza. Alguien propuso que nos presentáramos. Mucha gente tendía a hacer una presentación espiritualista. "Fulanito es artista" dice alguien de otra persona. Por lo visto pinta, esculpe y un grupo de teatro representó recientemente una obra que ha escrito. Me intereso por cuál es su trabajo. Contesta vagamente que psicología y derecho. ¿Pero de qué vives? "Estoy enferma y tengo concedida una incapacidad". 

Aclarémonos. Algunos tienden a hacer una presentación que considero etérea. Sus aficiones, su visión del cristianismo o la meditación. Olvidan la infraestructura económica. 

Hay cosas que definen a una persona. Si tiene pareja, si tiene hijos, si los está criando aún o están emancipados. Y su trabajo. Relaciono el trabajo con el cuerpo porque es el fundamento de su sustento, porque es el sustrato material imprescindible para vivir. 

Pensar que todo es material me parece un reduccionismo burdo. Pero olvidar lo material es una mutilación falsificadora de la realidad. 

Me acuerdo que hace muchos años estuve en un curso varios días en el campo, un curso que daba Lanza del Vasto, el fundador de El Arca, una comunidad que rechaza la tecnología moderna y vive de la agricultura en el sur de Francia. Un amigo, muy perspicaz me dijo entonces: Para conocer de verdad la comunidad deberíamos saber quién es el propietario de las tierras. ¿Lanza del Vasto? ¿Cuatro socios? ¿Son dueños en régimen de cooperativa todos los miembros de la comunidad? Era algo fundamental para saber ante qué nos encontrábamos y él me lo hizo notar. 

Como fundamental para conocer a una persona es saber cómo se gana el cocido.

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