04 junio, 2018

Sobre el presente otra vez.


 "Es con este espíritu transcendental con el que Shakespeare escribió sus obras, sin preocuparse, al parecer, si tras todo su trabajo y éxtasis éstas sobrevivirían en la forma en que las escribió, sin preocuparse de si iban a sobrevivir."
[...] Nada me fascina más que un trabajador de las artes o de las ciencias, que tiene un amor tan completo por lo que hace, que las consideraciones de la fama, o incluso el noble sentimiento de desear compartir con los demás, aunque no esté necesariamente ausente, tiene sólo una importancia secundaria.

Entiendo perfectamente este texto de "Silencioso Tao" de Raimond M. Smullyan, porque es el amor que mi padre tenía por su pintura. El disfrute con el acto de pintar era tan grande que cualquier otra cosa pasaba a un segundo plano. La recompensa y la satisfacción se encontraban en el mismo acto de pintar, no en el resultado y su repercusión. Era auténtico arte por el arte en sentido de que, y voy a exagerar, si le hubieran dicho que al final el cuadro sería destruido hubiera seguido pintando.
Es la actitud con la merece vivir la vida. Auténtico amor al presente que se está realizando. 

Coincide con un comentario de guasap que me hace una amiga: "Lo bueno no conoce el futuro". 

Aunque esta entrada contraste un poco con esta otra.

1 comentario:

  1. Me quedé con las ganas de comentar en la entrada anterior sobre este tema. Por casualidad leí este artículo poco después de que publicaras el tuyo:

    http://www.c3c.es/espatiempo.htm

    Merece la pena leerlo, como verás mantiene que lo que realmente es ilusorio es el presente, con las leyes de la Relatividad en la mano.

    Mis conocimientos del tema no me permiten una comprensión profunda del texto, pero me gustaría estudiarlo más detenidamente en algún momento. Seguro que alguien como Pseudópodo nos podría arrojar luz sobre el tema (por sugerir que no quede ;)

    Un saludo.

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