Muertes muy distintas.
Me cuenta un amigo que su padre murió de golpe,
relativamente joven. No puedo imaginar cómo será para un hijo toparse con la
muerte de esa manera. Solo se me ocurre la comparación de un puñetazo fuerte en
las narices. O ir muy rápido y chocar contra un muro. Debe dejar aturdido y
desorientado. Por bastante tiempo, supongo.
La enfermedad de mi madre y su reciente fallecimiento ha sido muy diferente.
Ha sido como irse bebiendo la muerte a sorbos. Los primeros tragos fueron
los más amargos. No sabía que existía un brebaje tan desagradable. El final, como un trago más.
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