Aprendiendo a vivir.
Mi mujer y yo seguimos viendo
a un psicólogo juntos. El hijo de un amigo, por Skype. En un principio se trataba de
aprender a ser asertivos pero se ha convertido en una especie de terapia anti estrés.
A veces me parece que ya
no lo necesito pero sin embargo cada vez aprendo cosas nuevas.
Por ejemplo: ¿Por qué ese
afán de hacer cosas, muchas cosas? ¿Si hago cinco mejor que si hago cuatro? ¿Es eso verdad?
La tarde pasada quería
grabar un video y luego ir a la biblioteca unas horas. Además tomarme una caña
o dos –que me sirven de cena-, y hacer la meditación y luego ver la serie.
Aplicamos el mismo deseo
de productividad del trabajo al ocio. ¿Por qué tantas cosas? Tengo
la idea equivocada de que soy más feliz si hago más que si hago menos. Un
error, esa necesidad de “más” me hace disfrutar menos, porque llena mi vida de
prisa y vivo en el futuro en lugar de en el presente. Hasta la caña se convierte en una tarea más. Bajo a tomarla porque me gusta, pero ¿TENGO que bajar?
¿A dónde pretendemos
llegar? ¿Para qué atesoramos tantas cosas hechas? Es como cuando como cacahuetes. Parece que el objetivo fuera comer muchos en lugar de degustar tranquilamente los que como.
En algo soy optimista.
Siempre creo que estoy a tiempo de aprender a vivir.
Te dejo un enlace a una entrevista que me hicieron el otro día ENTREVISTA A JOSELU
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias por el enlace. Aún no he podido oírlo. Ya te diré.
ResponderEliminar