04 marzo, 2015

Con una madre.

Pillé a un alumno, de los pequeñajos, copiando con una chuleta. Al final de examen me pide que no lo suspenda, que le haga otro examen. Le digo que en la primera evaluación un compañero hizo lo mismo y suspendió.

A los pocos días me dice que su madre quiere venir a hablar conmigo. Respondo que puede hacerlo pero que no por eso va a aprobar esta evaluación. Le digo la hora que tengo en mi horario para atención a padres.

A la semana siguiente me llama la madre por teléfono al instituto. Me insiste en que no lo suspenda.

Le explico: Su hijo copió y tiene que tener un castigo. En la programación tenemos establecido que quien copie en un examen suspenderá esa evaluación. Esto no tiene consecuencias para la nota final, Si en la recuperación saca buena nota, se le pondrá la nota que obtenga y será la que haga media para la calificación final.

Me insiste, que es la primera vez que lo hace, que él saca habitualmente buenas notas, que no lo piensa volver a hacer, que si suspende lo va a dejar castigado no sé cuánto tiempo, y no deja de insistir que le parece un castigo excesivo.

Le vuelvo a explicar lo mismo o parecido.

Me dice que otros han copiado y no les ha pasado nada.
Le respondo que yo eso no lo sé. Intento que en mis exámenes no copien y solo puedo castigar a los que cojo copiando.

Me dice que todos hemos copiado de pequeños, que no es tan grave, que si yo de pequeño no copié nunca...

Le argumento que no se trata de lo que ella o yo hiciéramos de pequeños, su hijo ha copiado y merece ese castigo.

Sigue insistiendo que a ella le parece un castigo excesivo. Al final me cansa. Me caliento. Levanto la voz y le digo: “No es un castigo excesivo, es insuficiente. Su hijo hizo trampa, su hijo hizo trampa, su hijo hizo trampa. Su hijo saca buenas notas copiando. Es un tramposo (Esto no sé si lo dije). Me impide evaluar con justicia lo que sabe. Habrá otros compañeros que sacarán menos nota que él, sabiendo más que él, porque no copian. Su hijo se merecía que le hubiera puesto en vergüenza de todos cuando lo pillé con la chuleta. Su hijo se merecía el escarnio público y se lo evité. Su hijo ha copiado y va a recibir por ello el castigo que tenemos pensado en la programación para estos casos.

No replica, se calla y se despide de modo educado.

Lo que no le dije y aún tengo tentaciones de explicarle por carta es esto:


Lo que a usted tenía que preocuparle es la conducta inadecuada de su hijo, no su reflejo en el boletín de notas. Lo que usted tenía que decirle es: “te lo mereces, para que aprendas.” Y no enseñarle al niño algo muy pernicioso. Que él se comporta mal, pero su madre intercede y le saca las castañas del fuego. 

1 comentario:

  1. Una buena película al respecto es "El club de los emperadores". Se la pasé a mis alumnos, pero siguieron copiando. Aunque les pillo. Son tan tontos que copian todo sin tener idea de nada.

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