18 enero, 2015

El consejero de Sanidad dijo la verdad. De muy malas maneras, pero la verdad.

Me informa mi hermano que Teresa Romero, la trabajadora que se contagió de Ébola en España, y que había sido denunciada por su médica, ha aceptado reconocer que cuando acudió a la consulta no informó  a esta de que había estado en contacto con pacientes de Ébola.

Va a resultar que el Consejero de Sanidad, al que pusieron a caer de un burro, nos dijo la verdad. Y su pecado fue ese, contar lo que sabía, decirlo con palabras llanas, no ser un político.

¿Cuántas cosas se dijeron de ese hombre?

Los medios de comunicación están podridos. Un día nos retrasmiten el apocalipsis en directo y al día siguiente no era para tanto. En un momento te coronan héroe y al siguiente se hunden en la miseria.

Yo escuché emocionado a Teresa Romero en su primera rueda de prensa cuando superó el Ébola. Ahora, si te fías de la que fue primera portavoz de la familia, la heroína era una mentirosa.


En relación con este tema, me siento muy orgulloso de avisar del alarmismo que se produjo entonces, en esta entrada. 

3 comentarios:

  1. Ay, casi nunca estoy de acuerdo contigo :-(
    A ver, ¿en qué dijo la verdad? ¿En que la formación que se dio al personal fue correcta y los medios adecuados (pero la capacidad auxiliar tenía poca capacidad de aprendizaje)? No es lo que piensan los expertos. ¿En que la auxiliar “se tocó la cara”? Sigue sin saberse como se contagió pero si fue así es que algo no funcionó en el protocolo. ¿En que no estaba en el cargo para robar porque ya tenía dinero? Sin comentarios.

    Vale, acertó en que la enferma no había avisado de la fiebre a la médica de cabecera. Tenía la declaración de ambas, únicamente, y él creyó la que le convenía, sin más. Un reloj parado da bien la hora dos veces al día.

    A ver, a mí me da pánico que las personas que ostentan cargos de responsabilidad se escaqueen siempre al menor síntoma de crisis. La obligación del consejero era defender y apoyar a la trabajadora bajo su responsabilidad desde el momento en que se supo que se había contagiado de una enfermedad mortal en el ejercicio de su deber. Sin condiciones. Esto no significa que no se tuvieran que analizar los hechos posteriormente para establecer las responsabilidades. Y sí, es posible que entonces se descubriera que la auxiliar infectada actuó negligentemente. Pero salir en un primer momento insultando a una persona que se estaba muriendo, para salvar los muebles de los responsables políticos, me parece de una bajeza moral y de una irresponsabilidad inaceptables.

    Yo no diría que la auxiliar era una heroína pero sí me parece admirable que alguien no dude en poner en riesgo su salud por ayudar a otros, como también hicieron los misioneros a los que ella cuidó. ¿Te imaginas ponerse a despotricar de los misioneros porque cometieron errores que los llevaron al contagio? (Algo harían mal, puesto que se contagiaron. Médicos Sin Fronteras también trabaja en África y tienen un nivel de contagios ínfimo). No sé en qué universo paralelo se puede ver malicia en una persona que se ha infectado de una enfermedad tan temible como el ébola. Desde luego no lo hizo para perjudicarnos a los demás así que el tonito conspiranóico del artículo que has enlazado me sobra, la verdad. Además, aunque la auxiliar pudo ocultar información por miedo, tampoco veo tan raro que estando enferma no se acordara de qué contó exactamente a su médico. ¿No dijo la ministra de sanidad que ni había visto ni sabía de dónde había salido un Jaguar que tenía en el garaje?

    Es muy típico de este país: serviles con los de arriba e implacables con los de abajo.

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  2. Ya que tienes que aprobar el artículo, por favor corrige el paréntesis del primer párrafo, que me he equivocado.

    (pero la auxiliar tenía poca capacidad de aprendizaje)

    Gracias :-)

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  3. Mañana, como no tenía pensado tema para la entrada te contesto a las críticas que haces.

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