01 septiembre, 2014

¿Mentiras para vivir?

Llamo por teléfono a mi madre desde Arenas y le pregunto qué tal está. Me explica que bien, que mi padre sigue quejándose de los dolores que le produjo una caída que se dio por la noche.  Ya tenía yo noticia. Al salir al servicio se cayó de costado y, aunque no ser rompió nada, le duelen el hombro y el costillar.

El hecho de que mi madre haya cogido el teléfono indica que la mujer que los cuida ha salido a la compra.

- Sí, la he mandado a comprar.

Cualquiera que la oyera creería que aún gobierna su casa, aunque con la ayuda de una chica. "La he mandado a comprar". Como si estuviera en condiciones de saber qué hay que comprar, cuando y para qué. Como si no fuera la asistenta la que dispone todo y decide todo.

El evangelio dice que "la verdad os hará libres", pero son muchas las veces que mi madre se miente a sí misma -y no solo mi madre- para soportar la amarga realidad.

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