Compasión
Septiembre. Las moscas se meten en la caravana. Mi mujer
echa insecticida dentro del servicio para librarse de una. Al poco entro yo.
- - Aquí está tu mosca, muerta.
- - ¡No me digas! Ahora me da pena.
- - Está boca arriba en el lavabo, aún mueve las
patitas.
- - Déjala, pobrecilla.
Su pena nace de una
personificación de la mosca. Abro el grifo y se va por el sumidero.
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