14 marzo, 2014

PROPAGANDA.

Vivimos en un mundo donde apenas te puedes fiar de nadie. Hay que desconfiar hasta de los supuestos videos espontaneos en Youtube creados por “la gente”. Poco antes de que hubiera muertos en Ucrania apareció un video de Youtube. Una ucraniana guapa denunciaba la represión. Este detalle de la “ucraniana guapa” fue decisivo para que yo lo viera. Apareció en primera plana cuando accedí a la página de Youtube. Ahora he visto que los que protestan contra Maduro han hecho otro exactamente igual. Ambos son propaganda. No digo que no puedan ser verdad. Lo que digo es que no son información. Son los videos de una parte. De una de las partes. Y no aparecen en nuestras pantallas por casualidad. Estoy seguro que mi amiga “siberiana” no ha visto el video de la ucraniana guapa. Su ingenuidad, la de creer que Rusia quiere ayudar a los ucranianos, me ha hecho descubrir la mía. Yo tengo el prejuicio de creer que esas democracias son “pseudodemocracias” y que cualquiera que proteste lleva razón. Por eso le presté credibilidad al video de la ucraniana. Luego leí un titular que decía algo así como “Putin se resiste a perder su imperio”. Y de pronto me di cuenta que la debilidad de su imperio es la fortaleza del nuestro. Y pensé que a lo mejor lo que se juega en Ucrania es la ampliación del imperio europeo. Y luego leí que Londres se negaba a tomar medidas contra “capitales rusos” porque eso perjudicaría a la “city”. Puag. Intereses, medias verdades, intereses y propaganda. Lo más fácil es caer en el “todos mienten”. O en el “todo son intereses”. O “todo depende del punto de vista o de quién te informe”. Pero no todo es exactamente igual, existe una verdad. Lo que pasa es que hay que leer mucho y buscar muchas fuentes para poder saber qué sucede en realidad. Lo más fácil es instalarse en unos prejuicios. Unos estereotipos que te digan quienes son los buenos y quiénes son los malos. Así de simple. Buenos y malos. ¡Qué pereza tener que buscar la verdad en cada caso!

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