Pensamiento funesto.
Diálogo conmigo mismo, el domingo por la tarde.
- Nadie quiere morirse pero hay veces en que uno piensa: ¡Qué descanso!
Qué descanso no tener que seguir luchando, no tener que preocuparse de nada, no tener que seguir y seguir y seguir.
- Si, pero no pensabas eso, ayer, cuando estabas en Orense bañándote en las termas. ¿Qué pasaba con la vida entonces? ¿Era una lucha? ¿Te cansaba? ¿Era estresante? ¿Querías morir y terminar? ¿No será que mañana tienes que trabajar?
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