29 diciembre, 2013

Muy susceptibles a la alabanza.

Creo que somos mucho más proclives a dar crédito a las alabanzas de los demás que a sus críticas.

Estoy seguro que si un grupo de personas se pusieran de acuerdo para alabar exageradamente una determinada cualidad de alguien, ese alguien ofrecería muy poca resistencia para creérselo.


Ejemplo: Una persona, que no ha pintado nunca, hace sus primeros cuadros al oleo. Aunque estos cuadros fueran mediocres el tipo tendría facilidad para creerse un genio con la única condición de que sus amigos se compincharan para hacérselo creer. 

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