Día de huelga

Hace mucho que no hago una. Cuando no haces huelga el día es un día raro. En general los alumnos mayores suelen apuntarse siempre y entonces hay grupos con los que no tienes clase y otros en los que tienes cuatro alumnos.

La última vez que hubo huelga de alumnos estuve pensando que debería aprovechar ese día para enseñar algo. Por ejemplo, para enseñar que, además de un derecho, la huelga es algo que supone un sacrificio. Algunos compañeros míos, hoy, han venido a dar clase, con su camiseta verde, pero han venido porque dicen que no quieren perder más dinero. Al alumno, en general, casi siempre, no venir un día como este le sale gratis.

Creo que alguna vez el director nos ha pasado algún tipo de normativa en relación con este asunto. El profesor puede dar clase y adelantar materia pero debe asegurarse que el alumnado podrá recuperar la clase en caso de que falte. Me explico. El profesor debe facilitarle algún tipo de apuntes a los que no vinieron o encontrar algún otro medio para que no resulte imposible por parte del alumno estudiar lo que ese día se vio.

Otros años, por pereza no he hecho nada. Se pierde la clase y sanseacabó. Esta vez lo organicé para tener los apuntes correspondientes y ya se los he enviado por mail esta tarde a los que no estuvieron en clase esta mañana. En algún grupo, la clase estuvo vacía, pero he hecho lo mismo, mandé lo visto para que puedan estudiarlo. El día antes lo había avisado, al menos a un grupo. Sin acritud, sin que pareciera que eran represalias, sin tratar de desanimar para que no hicieran huelga, sin insinuar que me quedaría con la cara de los que no vinieran.  Simplemente explicando que es el precio que uno paga por ejercer un derecho. Porque los derechos no es algo que salga gratis, es algo que requiere un esfuerzo.

Aún no se qué comentarios suscitará mañana todo esto entre mis alumnos.