De tal palo tal astilla.
Hora de cenar en casa de mis padres. Mi padre tiene en la mano un semanal, de esos de colorines de
los periódicos. Una foto de una chica muy guapa en la portada.
Mi padre dice que, sin duda alguna, lo más bonito que ha
creado Dios ha sido la mujer. Mi madre replica que serán algunas, porque otras
no están para ponerlas en un escaparate.
Mi padre aclara que las jóvenes.
Al rato, cuando me voy a marchar, mi padre insiste. Con la
revista abierta, me la enseña y me dice que la que aparece dentro, en otra foto, es la misma
modelo. Le digo que sí, que se trata de la misma foto. Me dice que no. Que en
la de dentro el pelo le tapa la oreja de modo distinto. Me fijo y confirmo que lleva razón.
Me padre continúa:
“Yo, desde luego, cuando las veo me quedo maravillado. Es
sorprendente. Sobre todo esa moda que ha salido este verano de llevar los
muslos al aire.”
En un primer momento no sé a qué se refiere, luego caigo.
“¿Te refiere a los pantalones cortos?”
“No son pantalones cortos, son muy cortos, como si fueran
bragas.”
“Sí, son muy cortos, es verdad.”
“Yo me maravillo de ver los muslos al aire. Yo no me pierdo
ni una sola cuando las encuentro. No puede uno resistirse a mirar. Es sorprendente
esa combinación de los dos muslos juntos… “
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