09 agosto, 2013

Nosotros, los bienes y los demás (corregido)

Todos los bienes tienen dos aspectos.
El primero es el disfrute, digámosle “objetivo”, de ese bien, la satisfacción que produce y el modo como alimenta.
El segundo es la significación social que tiene. La manera como ese bien es considerado socialmente y que hace ese disfrute más grande o más pequeño.
Si comes en “El Bulli” disfrutas de la comida de dos modos. Uno por el placer que esa comida en si misma te produzca –que te guste más o menos- y otro por el hecho de saber que es exclusiva, nueva, diferente, muy valorada socialmente, etc.
En el primer disfrute solo estás tú y el bien.
En el segundo estás tú y los demás. Toda la sociedad, dentro de ti, te está recordando el mucho o poco valor que tiene el placer de que estás gozando.

Spinoza decía algo así: Cuando alguien tiene un bien y sabe que ese bien es valorado por los demás se alegra y cuando sabe que no es valorado se entristece.

Arcadi Espada escribía hace tiempo un artículo en el que nos hablaba de su última comida en El Bulli. No se trataba de una comida corriente, la hacía como amigo de Adríá y en la cocina del restaurante.
No sé si Espada pensará que en su relación con aquella comida estaba solo él y el alimento. El placer objetivo que le proporcionaran los sabores en la boca no era su único placer. A eso se añadía esa otra parte social que tiene todo bien. En este caso una vocecita en su cabeza le decía: Estoy comiendo en el mejor restaurante de España, como invitado especial del cocinero y esto solo lo pueden hacer muy pocas personas en España. ¿Y por qué esto? Porque yo lo valgo.

Mi idea es que cuando disfrutamos de un bien no está solo el disfrute objetivo de ese bien sino también ese componente social que nos aumenta el disfrute si ese bien es muy deseado y nos lo disminuye si es un bien despreciado por los demás.




1 comentario:

  1. ser es ser alguien. y ser alguien es serlo para los demás

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