07 agosto, 2013

Mascando coca.

No sé lo que aporta al ficción pero a  mi me gusta el ensayo. Yo me siento deslumbrado cuando algo puede ser explicado con conceptos. Por ejemplo, cuando leo el ensayo de Aurelio Arteta, "El mal consentido" me siento maravillado de como el autor va analizando una a una todas las excusas que el nombre normal (la multitud) se pone a sí misma para no enfrentarse al mal que no le afecta directamente, para mirar para otro lado, y de ese modo conseguir eludir el riesgo de enfrentarse al que ejerce el mal.

Se podría hacer una novela o una película -con la sociedad vasca como protagonista- en la que distintos personajes encarnaran esas diferentes disculpas. Aunque estoy seguro que sería interesante, yo prefiero el concepto.

Como me gusta el análisis del ensayo me siento insatisfecho con mi lectura del Quijote. Seguro que hay muchas enseñanzas de tipo psicológico (o del que sea) que yo podría sacar pero no las saco. Consumir ficción es como mascar la hoja de coca. ¿Por qué no ir directamente a su principio activo extraído químicamente?

Con absoluta seguridad el valor del Quijote es muy superior al libro de Arteta, sin embargo yo aprendo más con el segundo que con el primero. Me produce más gozo y más de todo.

Voy a ver si cuando llego a casa le pido a mi padre prestado aquel librito que Martín Riquer escribió en aquella vieja colección de RTVE en el que comentaba el Quijote. A ver si le saco la cocaína.

No hay comentarios:

Publicar un comentario