27 agosto, 2013

Diálogo con un policía tráfico.

Estoy en Arenas, aparco mal y corro dos minutos a por el pan. Cuando vuelvo al coche hay un policía de tráfico con la libreta abierta dispuesto a...

YO: Disculpe. Perdone, era un minuto para coger el pan.

POLICÍA: ¿Qué significa esa línea amarilla pintada en el suelo? Dice con cara de circunstancias.

YO: Si ahora le digo que no lo sé, usted me dirá que la ignorancia de la ley no exime de su cumplimiento. Lo sé, significa que no se puede aparcar.

POLICÍA:  Y si lo sabe ¿por qué aparca usted?

YO: ¿Por qué hacemos tantas cosas equivocadas las personas? Solo Dios lo sabe. A veces queriendo hacer el bien hacemos el mal. Lo dice S. Pablo en la epístola a los romanos: "Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero."

POLICÍA: Pero usted no es de aquí, ¿verdad?

YO: No tiene respuesta fácil. Yo nací en Zaragoza pero desde que tenía un año mis padres me llevaron a Salamanca y allí han nacido todos mis hermanos. No me siento de Zaragoza pero tampoco soy salmantino de nacimiento. ¿Y Arenas? ¡Qué quiere que le diga de Arenas! Los años más felices de mi vida los he pasado aquí y ahora paso todos los veranos. Yo que sé de donde soy. De todos modos, si vas a mirar… yo de aquí, tu de allá. ¿Por qué los seres humanos nos empeñamos en levantar barreras entre nosotros? Esto de las fronteras es como lo de las razas. ¿Sabe usted lo que una vez respondió Einstein cuando en una frontera le preguntaron por su raza? Raza humana, respondió. Pues yo como Einstein. ¿Qué de donde soy? Soy del mundo. Ciudadano del mundo.


POLICÍA: ¿Pero usted se encuentra en condiciones de conducir? Por favor acompáñeme a hacerse la prueba del alcohol.

3 comentarios:

  1. Como podéis imaginar solo sucedió en mi imaginación.

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  2. El otro día yo tuve un diálogo también muy surrealista… aunque real. La grúa se llevó mi coche aunque estaba bien aparcado: pusieron una señal de prohibido cuando ya estaba allí. Le dije al policía local que era injusto y me respondió que sí, que efectivamente era injusto pero "las calles son así". Le dije entonces que si se dedicaban a poner señales sin avisar, el ciudadano que aparcara en la calle quedaba totalmente desprotegido y que iba a empezar a temer más miedo a los municipales que a los macarras. "Hay que temernos más a nosotros, señorita", me respondió.

    Epílogo: pagué 120 euros de multa para sacar el coche del depósito municipal. Puse una reclamación y pedí una cita con el alcalde.

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  3. Desde luego tu diálogo es mucho más absurdo que el mío. Y mira que el mío lo es.
    ¿Un policía que piensa que los ciudadanos deben tener miedo a la policía? Vivimos en un mundo de locos.

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