12 junio, 2013

FINGIENDO SER BUENOS-BUENÍSIMOS



Muchas veces la sociedad es hipócrita. Pone leyes muy exigentes sabiendo que no se van a cumplir. De ese modo solo busca mirase en un espejo y verse guapa. Es decir creerse buenísima con la oculta intención de hacer después lo que le dé la gana. Las leyes deben ser realistas. No tienen que ser buenas-buenísimas. Las leyes tienen que hacerse para ser cumplidas. No para crearnos buena conciencia ni para creernos los ciudadanos con las leyes más avanzadas de todo el planeta tierra.

En España ponemos el listón muy alto sabiendo que en la práctica la mayoría vamos a pasar por debajo.

Cuando se hizo la Constitución se prohibió la pena de muerte pero siendo realistas se mantuvo en caso de guerra. Hace ya un montón de años se prohibió la pena de muerte en toda circunstancia. ¿Es que quienes hicieron esta reforma no sabían lo que es una guerra? ¿Es que quienes lo cambiaron ignoraban que durante una guerra sería un lujo de civismo que para matar a alguien se le hiciera un juicio? Quiero un país en el que si hay una guerra al que se niega a seguir una orden peligrosa  de ataque se le juzga y si es necesario se le condena a muerte, no que caiga por accidente bajo fuego amigo -sin juicio- que es lo que sucedería hoy día con los desertores si hubiera una guerra.

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