16 enero, 2008

OS CONTARÉ UN SECRETO

Supongo que alguna vez habéis tenido un secreto. Es como tener un tesoro escondido. Me refiero a alguna información que los demás no conocen y que por la razón que sea debe permanecer oculta.

Los secretos tienen un valor muy especial. El de ser secretos. Su valor desaparece al ser revelado. Mientras están escondidos parecen muy importantes, y uno piensa que tiene algo que los demás no tenían y que de algún modo hubieran deseado. Uno se siente valioso al pensar que posee un tesoro. Pero en realidad es un tesoro que nunca podrás cobrar.

Un secreto es como una momia guardada durante siglos. Mientras está en su sarcófago, con unas determinadas condiciones de humedad, oscuridad y temperatura se conserva perfecta, intacta, hermosa. Allí dentro, ¡si la gente pudiera verla!, tiene un valor incalculable. Pero su valor es sólo el de estar escondido. En el momento que la luz penetra y el oxígeno hace presa en ella aquello empieza a deteriorarse de tal manera que a las pocas horas, quizá a los pocos minutos, todo queda reducido a un montón de polvo sin ningún valor.

Revelar un secreto casi no proporciona satisfacción. Su placer dura sólo unos minutos, mientras los demás te escuchan expectantes. Inmediatamente ellos ya saben lo mismo que tú. Ahora hasta pueden decir que lo presentían, que se lo imaginaban.

Ya aprendí. Nunca revelo un secreto. Sé que soy millonario allí, a oscuras, en lo profundo, a la vista de nadie. Qué importa que la gente me vea mísero y mal vestido si sé que poseo un tesoro de incalculable valor. Y como quiero que valga más cada día nunca lo revelaré a nadie.








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P.D. 1. Por favor, Arturo, reflexiona y no cuentes lo de mis almorranas.

P.D. 2. .

Psi A: En realidad el autor de la posdata anterior no tiene almorranas, precisamente si las tuviera no las nombraría.
Psi B: Claro que las tiene, por racimos. precisamente las nombra para quitarle importancia a ese hecho, para exorcizar de alguna manera la vergüenza que le da tenerlas.

P.D. 3.
Esta misma mañana he puesto un papel en el tablón de anuncios de la sala de profesores. ESTOY HASTA EL CULO DE SUFRIR LAS ALMO-RROIDES EN SILENCIO. Y después mi nombre. ¡BASTA YA! Se acabó el anonimato.


P.D. 4.
Observen ustedes esa perfecta unión (almorroide) entre el término vulgar y el médico.

5 comentarios:

  1. Jajajaja.
    Ahora viene el comentario.
    No está mal irse a la cama con una carcajada.

    Verifico la palabra lzeeo, eo, eo.
    No entra
    Verifico la palabra fctkso, so.

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  2. Creo que Hemoal va bastante bien.

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  3. Psi C:
    tú no las padeces, prueba de ello es la gracia que tienes.

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  4. ¿Por qué tienen tan mala prensa la almorranas incluso entre quienes no las padecen?

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  5. Porque todos sabemos que -a.d. Loia- se sufrían en silencio.
    (Ahora ya son un secreto a voces)

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