Mataiotes mataiotetos kaí panta mataiotes
Que en griego significa “Vanidad de vanidades y todo vanidad”
En la página de agradecimientos del librito “Ética para jóvenes” entre los amigos a los que agradecía su ayuda incluí a Ángel, el del blog de aquí al lado. Supongo que os resultará llamativo saber que él no supo nada de la existencia del libro hasta que estuvo publicado.
¿Cómo puede alguien ayudarte a hacer algo que no sabe que estás haciendo?
El asunto me recuerda el primer motor aristotélico: que mueve sin ser movido, como un imán.
Cuando me ofrecieron escribir un libro de ética para la ESO lo primero que se me vino a la cabeza, antes de aceptar siquiera, fue que Ángel había publicado algunas cosas.
En realidad una de las principales motivaciones que me llevó a aceptar fue poder equipararme a él. Nunca había estado entre mis sueños escribir nada. Me creía además que para publicar había que ser una eminencia. Como en muchas cosas tengo la visión de un niño y soy un poco torpe para conocer en qué mundo vivo, aún no sabía que hoy publica libros gente normal. Cuando me enteré que Ángel lo hacía me quedé maravillado. Aunque intenté disimularlo lo mejor posible. Y cuando se me brindó a mí la oportunidad no quise desaprovechar la posibilidad de obtener de esa manera su reconocimiento.
Hubo otros razones, claro. Decisivo fue el apoyo de mi mujer. Con lo miedoso que soy sin él no me hubiera decidido. Aunque mire a otras mujeres (¿a todas?) la necesito a ella como necesito respirar.
Con el tiempo, claro está, el motivo de darle en las narices a Ángel (¡mira, yo también publico!) fue perdiendo fuerza. El propio trabajo ya iniciado tira de ti para seguir y cuando va adquiriendo cuerpo lo que fue un primer empujón, sin el cual quizá no hubieras comenzado, casi se olvida y se convierte únicamente en un motivo más . Incluso podría desaparecer.
Pero aunque así fuera al final, creo que estaréis de acuerdo conmigo en que estaba perfectamente justificado incluirlo en los agradecimientos. ¿No?
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Alguien puede pensar que esto es un homenaje a Ángel. ¡Qué inocente!. La vanidad me pierde, sólo es una excusa para poder hablar del libro
En la página de agradecimientos del librito “Ética para jóvenes” entre los amigos a los que agradecía su ayuda incluí a Ángel, el del blog de aquí al lado. Supongo que os resultará llamativo saber que él no supo nada de la existencia del libro hasta que estuvo publicado.
¿Cómo puede alguien ayudarte a hacer algo que no sabe que estás haciendo?
El asunto me recuerda el primer motor aristotélico: que mueve sin ser movido, como un imán.
Cuando me ofrecieron escribir un libro de ética para la ESO lo primero que se me vino a la cabeza, antes de aceptar siquiera, fue que Ángel había publicado algunas cosas.
En realidad una de las principales motivaciones que me llevó a aceptar fue poder equipararme a él. Nunca había estado entre mis sueños escribir nada. Me creía además que para publicar había que ser una eminencia. Como en muchas cosas tengo la visión de un niño y soy un poco torpe para conocer en qué mundo vivo, aún no sabía que hoy publica libros gente normal. Cuando me enteré que Ángel lo hacía me quedé maravillado. Aunque intenté disimularlo lo mejor posible. Y cuando se me brindó a mí la oportunidad no quise desaprovechar la posibilidad de obtener de esa manera su reconocimiento.
Hubo otros razones, claro. Decisivo fue el apoyo de mi mujer. Con lo miedoso que soy sin él no me hubiera decidido. Aunque mire a otras mujeres (¿a todas?) la necesito a ella como necesito respirar.
Con el tiempo, claro está, el motivo de darle en las narices a Ángel (¡mira, yo también publico!) fue perdiendo fuerza. El propio trabajo ya iniciado tira de ti para seguir y cuando va adquiriendo cuerpo lo que fue un primer empujón, sin el cual quizá no hubieras comenzado, casi se olvida y se convierte únicamente en un motivo más . Incluso podría desaparecer.
Pero aunque así fuera al final, creo que estaréis de acuerdo conmigo en que estaba perfectamente justificado incluirlo en los agradecimientos. ¿No?
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Alguien puede pensar que esto es un homenaje a Ángel. ¡Qué inocente!. La vanidad me pierde, sólo es una excusa para poder hablar del libro
Eramos varios los que desconocíamos tu faceta de publicador. ¿Dónde, en Madrid, puedo comprar el libro?.
ResponderEliminarPara ser una persona que dice preocuparse mucho por la opinión que puedan tener los demás de él te encuentro bastante (pero que muy bastante) desinhibido.
ResponderEliminar¿Y en Canarias? ¿Dedicado?.
ResponderEliminar---
Pues claro que se merece los agradecimientos. Faltaría más. Ha sido quién te ha dado a conocer...
Me siento muy halagado de que pregunteis por el libro.
ResponderEliminarDesde cualquier librería lo podéis mandar pedir porque la editorial Desclée de Brower sirve a muchas. (Quizás sea lo más cómodo)
Yo tengo aquí unos teléfonos de los representantes de la editorial y podeis preguntar en qué librería pueden aseguraros que lo tienen.
Para MAdrid
Desclée de Brouwer
Tfno. 915 70 87 59
madrid@deesclee.com
Para Canarias y ANdalucía.
Emaús Libros, S.L.
Tfno. 952 61 37 39
emaus@trevenque.es
No es una respuesta, sólo quiero SABER!!!
EliminarEn navidades cumplió un año de su publicación.
ResponderEliminarHicieron una primera tirada de 1100 ejemplares y luego sacaron una segunda edición.
Cuando se cumplió un año se habían vendido 1600.
Cuesta 13 euros. Yo cobro el 10%, para los que les interese conocer estos pormenores.
Devisita, si quieres una dedicatoria no tienes mas que mandarme tu dirección postal a mi email y encantado te mando un marcapáginas (firmado) que hicieron para publicitarlo. Lo digo porque firmarte el libro en Canarias lo tengo un poco dificil.
Pocas cosas deben molar más que cobrar derechos de autor. 1600 personas decidieron rascarse el bolsillo y comprarlo. Tiene que ser genial. (Esta vez no es de coña, ni ironía ni nada).
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