29 marzo, 2018

Un supercortometraje iraní sobre el cuidado.



Primero tenéis que ver este pequeñísimo corto iraní. Solo luego tiene sentido leer lo que sigue. Es un versión reducida que corre por guasap. El corto completo dura 6 minutos pero yo prefiero la versión reducida.

Aquí está el original. Más artístico pero no más expresivo.


Creo que la felicidad que produce tener una mascota tiene que ver con la capacidad que tenemos de dar, de cuidar, de amparar, de proteger, en definitiva: de amar. Esa es al menos mi experiencia con los gatos. Cuido de ellos y eso me da gozo.

El corto me parece hermoso porque nos muestra la preocupación del hombre por salvar la vida del pececillo -la ansiedad que produce pensar que no va a poder salvarlo es breve pero real-. E inmediatamente la alegría del final feliz. Que no es únicamente que el pez sobrevive sino que sugiere que animalillo lo agradece.

Muestra de amor y respuesta de agradecimiento.

Puede ser poco realista tratandose de un pez, pero no podéis negar que es hermoso.


---------------------------------------
"También he decidido regar mis plantas y cuidar de un animal".
Sacado del capítulo titulado "Ética de la atención y del cuidado" de Biografía del Silencio de d'Ors.

 En un Investigación y Ciencia atrasado he encontrado un artículo sobre "Neurociencia de la meditación" que aún no he leído. Pero he visto un vídeo de Richard Davidson, que ha estudiado el asunto, en el que habla de cuatro factores muy importantes para el bienestar que son: la resiliencia, la visión positiva, la atención y la generosidad. Este último sería el que tiene que ver con esto.

CODA PRESCINDIBLE............................................
Uno de los miedos con los que convivo es hacer algo que pudiera dañarlos. Por ejemplo, imaginad que me voy a a dormir y los olvido fuera, en mi balcón, en una noche heladora. No sé si pueden sobrevivir a una helada fuerte en determinadas condiciones. ¡Me produce angustia solo de pensarlo!
El horror no nace solo de pensar que pudieran pasarlo muy mal o llegar a morir. A ese se añade otro: ser yo el causante de ese daño, aunque involuntariamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario