07 enero, 2017

Un pueblo medieval en la cercana Portugal. Y sin haberlo deseado me ha salido un pareado.

Estoy en Cáceres, en el camping, pasando unos días con mi mujer en la caravana. Ayer nos acercamos a Portugal (desde Valencia de Alcántara) donde encontramos, sin buscarlo, un pueblo encantador.

Se trata de Marvao.

Vimos un pueblo amurallado en lo alto de un cerro y pensamos que tenía que ser bonito.

Lo primero que se me ocurrió paseando por los muros del castillo medieval es que allí vivió alguien con mucho miedo. ¡¡Cuantas barreras y protecciones!!



El paisaje que se divisa desde allí es llamativo. Una inmensidad de tierras lejanas que se extienden en todas direcciones. Pasé un buen rato paseando y asomándome desde lo alto de la muralla.

Podría decir que me quedan dos días para volver al trabajo. Mis vacaciones se acaban. Podría decirlo pero no voy a hacerlo, porque el futuro llegará cuando toque y siempre será un presente. Se por experiencia que el malestar futuro -el de tener que trabajar- siempre pesa más antes de llegar que cuando realmente llega. "Cada día tiene su afán" dice el evangelio.

Por cierto, Harari, el de Sapiens, resume la meditación budista del siguiente modo:

Gautama desarrolló un conjunto de técnicas de meditación que entrenan la mente para experimentar la realidad tal como es, sin ansiar otra cosa. Dichas prácticas entrenan la mente para centrar toda su atención en la pregunta "¿Qué es lo que estoy experimentando ahora?", en lugar de "¿Qué desearía estar experimentando? (p. 252)


3 comentarios:

  1. Viendo entradas anteriores, he sabido de la muerte de tu madre. Recibe mi más sentida condolencia. Hace cinco años que murió la mía. Una puerta de nuestra vida se cierta. Un cordial saludo.

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  2. se cierra -quería decir-.

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  3. Muchas gracias, Joselu.
    Muchas gracias.

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