12 julio, 2016

Podemos aliviar nuestro sufrimiento.

Hay una reflexión en el libro de Jalics que puede servir para cualquiera, medite o no.

Hay que diferenciar entre la realidad y el sentimiento que tenemos ante ella. Gran parte del sufrimiento proviene de nuestros sentimientos, no de la realidad misma. Como, en parte, somos dueños de nuestros sentimientos, se puede decir que “sufrimos porque queremos”.

Volviendo al libro: Una mujer se queja de que hace mucho calor y eso le impide meditar bien. El maestro de ejercicios le responde así:
“Por una parte está el aire sofocante que molesta y oprime. Es algo desagradable, lo admito. Por otra parte está tu rechazo frente a este calor. Esto significa más de un cincuenta por ciento de tu malestar. Si estás dispuesta a soportar el calor y padecerlo, desaparece más de la mitad de la incomodidad. Si en cambio va en aumento el rechazo al calor, aumentará tu irritabilidad e impaciencia.”

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