24 julio, 2016

Buscándome en "El dilema del prisionero".

El dilema del prisionero es un conflicto que se plantea entre dos personas cuando ante determinada situación ambos pueden ganar mucho si colaboran, pero pueden ganar más aún si no lo hacen y el otro sí. Se obtiene muy buen resultado colaborando pero ¿estamos seguros de que el otro lo hará? Cuando ambos intentan aprovecharse es cuando más pierden ambos.

Para verlo con más detalle aquí.

El problema presenta distintas caras dependiendo de si es una situación única (solo se juega una vez) o el dilema se repite muchas veces con los mismos jugadores.

La teoría de juegos aborda el problema intentando dar una respuesta racional. ¿Qué respuesta es la más adecuada para obtener mayor ganancia? Sin embargo, a finales de los cincuenta se hicieron unos experimentos prácticos. ¿Cómo se comporta la gente –en la práctica- cuando le plantean el juego? “La mayor parte de los sujetos no cooperaron en la mayoría de las ocasiones. Dada la tabla de resultados que habían usado, los sujetos que cooperaban mutuamente podrían haber ganado tres veces más dinero que al no cooperar. Solamente hubo dos entre las veintidós parejas que se comportaron así.” (p. 301)
Dice mi hija –que me ve con buenos ojos- que yo hubiera sido de los que cooperaba. Y puede llevar razón porque mi padre me enseñó que no se puede ser feliz en una sociedad donde hay gente infeliz. Eso no quiere decir que yo no sea egoista pero...

Pero lo que más me impresionó y la frase que más hablaba de mi vida es la siguiente: “Dicen los investigadores que a los sujetos les interesaba más vencer a sus adversarios que obtener la ganancia máxima posible.” (p. 302)

La competencia con los demás es muy importante en mi vida. Sobre todo la intelectual. Como se ve en esta entrada y en esta.

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