19 febrero, 2016

Mi conversión. Problemas.

Cuando tenía 18 o 20 años, me pareció que, por primera vez, me predicaban el evangelio en las comunidades neocatecumentales, un grupo dentro de la Iglesia Católica que pretende revivir el catecumenado de las comunidades primitivas.

En realidad, era la segunda, puesto que mis padres ya me habían educado en la fe y siempre fui una persona religiosa. Pero era tal fue la fuerza de aquellas catequesis que lo viví como si fuera la primera vez.

Las comunidades predican la Muerte y la Resurrección de Cristo como núcleo del mensaje cristiano.
Por la razón que sea siempre he visto claro el pecado, las sombras y la Cruz.  No me costaba creer en todo eso. Pero … ¿cómo es posible creer en el perdón, en la Redención, en la victoria sobre la muerte? ¿Cómo creer que todo el mal del mundo será trascendido? Estuve en esas comunidades varios años.

Venid a mí los que estéis cansados y agobiados que yo os aliviaré.

Harto de tanto pecado, dolor  y sufrimiento y con motivo de mis ansiedades, Pablo d’Ors y las charlas con el psicólogo, estoy viviendo, como ya he contado aquí, mi segunda conversión. El perdón es posible, el dolor será trascendido, la Resurrección es real. Dios me ama.
Pero aquí es donde surgen los problemas.

De acuerdo, Dios me quiere como soy. Pero pasa el tiempo y sigo siendo como soy. Decía "ya sé que no voy a cambiar de la noche a la mañana" sin embargo, ingenua y secretamente, creía que cambiaría. No, sigo siendo el tipo egoista y repugnantillo que soy. ¿Dios no me va a cambiar? ¿Va a dejar que siga siendo así? Cuesta creer en el amor de Dios siendo como soy. 

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