14 febrero, 2015

Hacer las cosas mal.

SINCERAMENTE, ESTA ENTRADA TE LA PUEDES AHORRAR.

Este año, en el instituto, apuntamos a la Olimpiada Filosófica.

Hace semanas, dos alumnas me enviaron fotos para la modalidad de fotografía. No me preocupé del asunto hasta anteayer, que terminaba el plazo para mandarlas a la organización. Y entonces veo que las fotos no tienen la resolución que se pedía. La culpa es mía porque no había estudiado las condiciones de las bases. Ayer, deprisa y corriendo las muchachas tuvieron que hacer algunos cambios en sus fotos. Tuve serias dudas de que pudiéramos mandarlas a tiempo.
Al final todo ha salido bien, pero pudo salir mal. 

Pequé de negligente. Intentaré que no vuelva a pasar. Pero en otro tiempo no me hubiera perdonado a mí mismo.

La Olimpiada supone un trabajo extra. Si mi negligencia hubiera hecho imposible participar a nuestras fotos, hubiera valorado lo que salió bien. En la modalidad de ensayo todo ha ido bien. Eso es lo que hubiera apreciado hoy. 

YA AVISÉ QUE ESTO NO MERECÍA LA PENA. 

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