28 enero, 2015

Decisiones con consecuencias fatales.

A algún tonto, o tonta, se le ocurrió en nombre de la igualdad, creo que fue en la época de Zapatero, que en lugar de mantener las cárceles de hombres con funcionarios y las de mujeres con funcionarias sería bueno mezclar en ambas funcionarios y funcionarias. Como hay más puestos en cárceles de hombres, las funcionarias podían acceder a todas esas plazas. 

Lo que sucede ahora es que en las cárceles de hombres a determinadas tareas los funcionarios no se atreven a mandar a una funcionaria, por el peligro que conlleva para una mujer estar entre tantos reclusos.

En las cárceles de mujeres ya ha sucedido lo que antes era mucho más infrecuente.


A algunos de los que tomaron estas decisiones habría que meterlos en la cárcel.


De momento no se les ha ocurrido el disparate de hacer cárceles de reclusos y reclusas. El número de necios es infinito. Todo se andará. 

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