11 diciembre, 2014

Un libro de segunda mano.

VERSIÓN RESUMIDA: Quizás esta entrada debía haber sido así: El aspecto de un alumno inmigrante me llevó a preocuparme para conseguirle un libro de Ciudadanía gratis o de segunda mano.  Tres semanas más tarde, tras haberlo conseguido, pillé al alumno copiando con una chuleta en el examen.

VERSIÓN ORIGINAL.
No hay muchos inmigrantes en mi centro. Este curso llegó, ya bastante avanzadas las clases, un chavalito a segundo de la ESO, con incuestionable aspecto de boliviano. Un chico obediente y formalito. Le dije que no comprara el libro de Ciudadanía -cuesta una pasta para una asignatura de una hora- que intentaría conseguir que algún alumno del año pasado se lo vendiera de segunda mano. Tras varias semanas, pues se me olvidaba, un alumno de segundo de Bachillerato se ofreció a dárselo gratis. Según él tenía dos en casa, el suyo y el de su hermana, y él no necesitaba el dinero. Me pareció un gesto muy noble pero a los pocos días hubiera querido que hubiera sido más egoísta. A lo mejor con el aliciente de ganarse unos euros el libro hubiera aparecido. Cuando lo ofreció gratis, tenía dos, pero más adelante explicó que su hermana se lo había dejado a alguien y lo que eran dos libros gratis se convirtieron en ninguno. 

Buscando entre un montón de libros que a veces donan algunos padres de años anteriores y que estaban amontonados en un almacén oscuro y que ni siquiera sabía que existía apareció un libro de ciudadanía. Me puso muy contento. Un libro sin pagar para un chaval que por su aspecto, yo estoy lleno de prejuicios, no parecía ser de familia de dinero.





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La historia tenía que terminar aquí. Quería contar que estaba contento de haber podido ayudar, sin mucho esfuerzo, a un alumno. El otro día les hice un examen. Eran cuatro cosas las que tenían que saber. Pillé a este chico copiando con una chuleta debajo del folio. Es muy fácil pillar a estos pequeñajos. Todos los años cojo a alguno. No les monto un escándalo, aunque me parece fatal que copien. Le dije que tenía la evaluación suspensa. Al final de la clase me decía que le hiciera el examen oral, que se lo sabía. Le expliqué muy escuetamente que el alumno que copia está suspenso, que no hay nada más que hablar.



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