10 noviembre, 2014

Quererlo todo.


Llevan ahora algunas chicas unos peinados que me parecen todo un signo de la época que vivimos. Me refiero a esos en los que se rapan una parte del cráneo y mantienen en el resto la melena. Quieren llevar dos peinados en una sola cabeza. Por un lado soy la punky rebelde/judía de Auswichtz y por otro la chica linda con melena al viento. 

Todos queremos estar en todo y tocar todos los palos. Jugamos en el móvil mientras vemos la TV o guasapeamos con unos amigos al tiempo que estamos con otros. No estamos leyendo un texto, sino navegamos entre ellos y a través de los hipervínculos estamos en muchos más.

Acumulamos libros en el ebook o en la estantería de pendientes a la vez que comenzamos nuevos cuando aún no hemos terminado los anteriores.

Pero es imposible leerlo todo, disfrutarlo todo y serlo todo. No recuerdo si Carr hablaba de esto en Superficiales, supongo que sí. A parte de quedarse en la superficie de las cosas creo que produce frustración, porque la oferta es mucho mayor de lo que podemos abarcar. ¿O es otro modo diferente de vivir la vida y disfrutar la cosas?

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