Vuelvo muy contento.
He vuelto. Hemos pasado 48 horas en silencio. Desde la noche
del viernes, en la cena aún se podía hablar, hasta la comida del domingo, en que
se rompía el silencio. Y todo ello sin movil y... ¡sin saber qué había pasado con el comité federal del PSOE!
Vengo muy contento y con el propósito de encontrar gente en
Salamanca con la que poder meditar. El hecho de poder hacerlo una vez a la
semana en grupo ayudaría a mantenerme constante en la práctica de la meditación.
Por lo que he entendido, la Asociación Amigos del Silencio está creciendo a un ritmo vertiginoso –mayor demanda
de la que pueden atender- y parece llamada a convertirse en un nuevo grupo de
oración dentro de la Iglesia. Pablo d’Ors tiene un permiso especial de su
obispo para dedicarse en exclusiva a la ella. Me gustaría que pronto se
formara grupo en Salamanca y mi intención es colaborar a que se forme.
Ya os contaré más. Vengo muy contento.
Por cierto, la entrada de ayer sábado estaba programada. Lo digo porque quizás la gente que no tiene blog no sepa que esto se puede hacer. No es que yo me conectara ayer para subirla.
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