Una carta a mis viejos alumnos.
He enviado a mis alumnos del curso pasado, que este año están en segundo de Bachillerato el siguiente mail:
Es extraño el trabajo de profesor en lo que respecta a las relaciones personales.
Es extraño el trabajo de profesor en lo que respecta a las relaciones personales.
Durante todo un curso pasas varias horas a la semana -¡todas las semanas!- conviviendo con unos alumnos que al año siguiente no volverás a ver más, o en el mejor de los casos , la relación quedará reducida a cuatro saludos por los pasillos del insti.
Durante todo un curso, te encariñas –por decirlo de algún modo- con un montón de gente y al año siguiente la vida sigue, ellos continúan sus estudios, y ya hay un montón de gente más joven en tus aulas con la que habrás de encariñarte de nuevo.
Envío este correo a los que fuisteis alumnos míos en primero el año pasado y a los que previsiblemente no daré clase más.
No niego que hubiera momentos malos, pero no quería terminar nuestra relación sin deciros que fue un placer pasar un año con vosotros y hubo ratos en que lo pasé muy bien en vuestra compañía.
Aunque algún rato aún nos veremos este curso por los pasillos, os deseo a todos lo mejor y ojalá que consigáis en la vida lo que os propongáis.
Recibid un abrazo cada uno de mi parte.
¡Que os vaya muy bien!
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