Gatos, zen y comunicación entre especies.
En El poder del ahora, E. Tolle dice más o menos: “Mis tres maestros zen, todos ellos gatos…”
Creo que con la broma se refiere a ese “estar
en el presente” de los animales. "Cuando como, como, cuando duermo, duermo."
Los días que pasamos en la caravana –y es parecido en la casa de
Arenas- los gatos salen fuera, se pasean por los alrededores durante la noche y duermen
dentro por la tarde. Suponemos que están felices, pero cuando llegamos a casa y
vuelven a su vida doméstica no los vemos menos felices. En Salamanca salen al balcón
y olfatean con interés olores lejanos que nosotros sabemos que existen solo por
ellos, cuando los vemos saboreando un aire que a nosotros nada nos dice. No parecen echar de menos los días de la caravana. Se adaptan
y viven en cada momento lo que hay, como si no tuvieran memoria.
También Pablo d’Dors dice lo mismo de su perro. Y añade que
en eso, al menos, quiere parecersee a él.
En todo caso, no podemos saber lo que sienten porque la
comunicación con entre especies es bastante deficiente. Al menos entre humanos
y gatos. No puedo anticiparles cuando vamos a ir la casa de Arenas, o a la
caravana. Me imposible explicarles que mañana volvemos a casa o preguntarles si
les gusta más estar en un sitio u otro. Y no será porque yo no lo intente. En
inglés y español.
Uno puede mostrarle al gato cierto cariño acariciándolo
cuando lo pide o dándole determinados alimentos exquisitos como premio. Pero la
comunicación no pasa de ahí.
A las tres o las cuatro de la mañana Conejito llega a la
caravana y me despierta. Le pregunto que dónde está Zepán y no reacciona a mi
pregunta. No creo que no lo sepa, es que no me entiende. Como para conseguir explicarle que me ha decepcionado el libro de Mankell.
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