25 noviembre, 2015

Mintiendo.





El vídeo tiene gracia. Y quizás también verdad. Los que mienten son los que lo mandan. Mis compañeros de trabajo. Los profesores tenemos derecho a coger tres meses de asuntos propios (sin cobrar) cada dos años. ¿Cuantos profesores usan ese derecho? No conozco a ninguno. ¿Cuanta gente deja de pescar tres meses para jugar con sus hijos, echarse la siesta y tomarse cañas con los amigos? No conozco a nadie.

Este pueblo me alaba con los labios pero su corazón está lejos de mí. (Cita de Isaías, Jeremías, o algún primo suyo)

4 comentarios:

  1. La historia transcurre en un pueblo de México y el rico es un estadounidense.
    Si los mejicanos, con menos dinero, viven tan bien, ¿por qué son los que emigran a EEUU?

    Aunque entiendo que vivimos en un río. No podemos nadar contracorriente individualmente. O existe un cambio social o las personas no cambian uno a uno. Nadie puede individualmente comenzar a cambiar su estilo de vida cuando el estilo social es otro. ¿O quizás sí?

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  2. Son las siete de la mañana y no tengo tiempo de ver el vídeo. Esta tarde lo veré. Sin embargo, he de decir que yo he cogido esos meses de asuntos propios en cuatro ocasiones -cuando no tenía familia-. Una vez me fui a Indonesia y Thailandia durante esos tres meses entre octubre y diciembre. Otra vez me fui a recorrer los pueblecitos andaluces de Cádiz. La siguiente, recorrí Cuenca, Toledo, Cáceres, Salamanca (aunque no conozco la capital), Huelva, sur de Portugal, Lisboa ... . La última vez me fui entre enero y abril, enlazando navidad con semana santa a Las Alpujarras de Granada. Estuve en un pueblecito blanco -Bérchules- el final del invierno y el comienzo de la primavera. Me llevé una caja grande llena de libros y me dedicaba a leer intensamente, a escribir y a hacer caminatas. Esperaba, entretanto a una maldita italiana que por aquel entonces me llevaba de calle. El encuentro fue un desastre. Con la familia es algo que no es permisible. Y no solo por la cuestión económica que también sino por las obligaciones que conlleva la vida familiar que no permiten esos desahogos. No obstante, estoy rumiando que cuando me jubile me iré mes y medio a La India. He pensado que tres meses sería inabordable y demasiado duro. Viajar solo es duro. Siempre lo he hecho. Nunca he ido acompañado en estos viajes que comento. Se pasan muchos momentos de intensa soledad y desasosiego en que se maldice el momento en que uno se puso a viajar solo. Luego siempre merece la pena, pero es muy duro. Especialmente si te vas a la otra parte del mundo. Tienes que aguantarte a ti solo durante veinticuatro horas al día.

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  3. No sé si una vida tan distendida como la del pescador sea lo más apetecible. Un poquito de estrés está bien. Yo utilicé ese tiempo de excepción para vivir intensamente y tener tiempo para pensar y ser, algo que nutre tu vida normal cuando vuelves a ella.

    Por cierto, tu cita es Isaías 29:13. ¡Cómo me pones a prueba mi lectura de la Biblia tan olvidada!

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  4. Por cierto en un tiempo en que a los padres no se les daba ningún derecho por haberlo sido, me tomé un mes de permiso sin sueldo con cada una de mis hijas. MI primera hija nació en sábado y mi permiso de dos días se consumieron en el fin de semana. Ahora es distinto.

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