28 noviembre, 2015

La venganza.

La vida está llena de pequeñas (o grandes) adversidades. Ante el mal que a uno le llega hay tres modos de responder:

1.   La venganza. 
2. La amargura.
3. El perdón.

Hoy quería hablar de la venganza.

Yo reacciono bastantes veces de este modo. Cuando me siento mal, por la razón que sea, voy molestando a los demás todo lo que puedo. Veo defectos a cada paso y me quejo. Estoy de mal humor. Reniego de todo. Rabio. Pongo pegas a todos los planes de mi mujer. Le reprocho su conducta a mis hijos. Dejo comentarios impertinentes en algún blog. Le canto las cuarenta a los compañeros. Le toco las narices a la directiva en un claustro. Le echo una bronca a un alumno.

Atención: Quizás la bronca que le echo al alumno se la merecía. Quizás el mal comportamiento que le reprocho sea cierto. Pero no estoy hablando de eso. Lo que quiero destacar es que mi conducta nace de que quiero hacerle la puñeta. Lo que quiero es hacer daño, porque yo me siento herido por la vida, me siento tratado injustamente y quiero devolverle a alguien el mal creo que la vida me ha hecho a mí.













El que quiera saber algo de las otras dos respuestas posibles ante el mal de la vida tendrá que ir al minuto cuarenta del primero de los videos de esta página.

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