09 julio, 2015

¿IR AL PSICÓLOGO? Claro que sí.

Hemos tenido nuestra séptima sesión con el psicólogo. Estamos ambos muy satisfechos. Yo siempre voy un poco escéptico. A veces no tengo nada que contar y creo que aquello no me me va a aportar nada y luego salgo encantado. Nunca se lo hemos planteado como una terapia de pareja pero lo cierto es que también nos ayuda a llevarnos bien entre nosotros porque al tratar de la relaciones con los otros, la empatía, la simpatía, la trasferencia emocional, el apego, el feedback negativo… son cosas  que nos sirven para nuestra relación.

El hecho de aprender juntos las mismas claves para leer la realidad emocional nos ayuda a entendernos mejor.

Hoy me ha gustado una distinción que él ha hecho entre empatía y simpatía. Uno puede comprender lo que le pasa al otro, (empatía) pero no tiene por qué sentir lo mismo que siente el otro (como cuando una cuerda suena por simpatía con otra).

Cuando mi padre se queja de que le pican los ojos (síndrome de ojo seco) lo que he de hacer es intentar comprenderlo y darle feedback, para que se sienta comprendido, pero no se trata de que yo sienta pena o sufra por él. Si le digo “tiene que ser muy fastidiado tener una molestia que no cesa, entiendo que estés mal”, eso puede aliviarle, porque alguien lo comprende, pero a mí no tiene por qué hacerme sufrir.


A mi mujer también le viene muy bien todo esto porque le cuesta mucho sobrellevar las quejas constantes de su madre mayor. Hoy ha sido la teoría, veremos qué tal nos sale la práctica. 

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