23 junio, 2015

El Quijote de Trapiello.

Mi padre es muy aficionado al Quijote y estaba esperando como agua en mayo la traducción al castellano actual del Quijote que ha hecho Trapiello y aparecía en junio.

Es normal que haya polémica ante una nueva versión del Quijote. A mi padre le está gustando. Y muchas veces compara el original con la versión. 



José Luis García Martín publicó hace unos días una crítica en su blog y Trapiello le ha respondido en los comentarios. Ambos son amigos y sus discrepancias podéis leerlas aquí. 

3 comentarios:

  1. Por casualidad me encuentro una especie de blog privado de JoseLuis García Martín (se llama Cafe Arcadia). En él encuentro una crítica más dura de la versión de Trapiello. Dice así.

    "Entro en el mercado de San Antón, antes de llegar al lugar de mi cita. Recuerdo que la última vez que estuve en Madrid, cuando la comida en el Palacio Real, estuve en él con Andrés Trapiello. Ayer publiqué una reseña de su versión del Quijote, tan promocionada por todos los medios (el grupo Planeta sabe hacer las cosas) y sobre todo por el propio autor, que incluso a mí me convenció de las excelencias del libro. Lo llevaba en el teléfono y me fue mostrando diversos pasajes y ponderando los aciertos de su versión.
    Yo comencé a leerla con la mejor voluntad del mundo, pero a las pocas páginas, para decirlo con una expresión de otro tiempo, se me cayó el alma a los pies.
    Trapiello no solo pone en español contemporáneo los pasajes ininteligibles hoy en día, sino cualquier otro que no se ajusta, según él, al español actual. Dice que se pasó catorce años reescribiéndolo. Yo creo que cualquier aplicado becario, sin más ayuda que una buena edición (las de Francisco Rico, por ejemplo), podía haber hecho en unos pocos meses una versión más respetuosa con Cervantes y con el lector. Estas cosas, por supuesto, las pienso, pero no las digo en la reseña, que intento que sea todo lo amable posible sin mentit a los lectores.
    Cuando paso por la Feria, le enseño el suplemento del diario a Abelardo Linares y él me dice que mis reparos resultan poco convincentes, que está más de acuerdo con Trapiello que conmigo. Eso me tranquiliza. “Además –añade–, a ti no te van a hacer ningún caso, harán más a Vargas Llosa y a El País que a ti y El Comercio”."

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  2. Y en la entrada del 15 de junio dice lo siguiente:

    "Ya ha leído Trapiello mi reseña y no se la toma demasiado a mal. Es suficientemente listo como para saber que en la venta del libro, que es lo que importa, influyen más artículos como el de Fernando Aramburu hoy en El País, tan graciosamente inane, que cualquier razonado análisis de quien ha leído atentamente su versión. Es la ventaja de ser insignificante: uno puede hacer tranquilamente su trabajo, decir la verdad, y no molestar lo más mínimo a los amigos escritores. Cosa que, contra lo que pudiera pensarse, últimamente me preocupa bastante."

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  3. No tengo la versión de Trapiello así que no puedo juzgarla, pero a priori la veo muy positiva en la intención de desentrañar pasajes velados por la pátina del tiempo. No obstante, entiendo que la versión de Trapiello es otra obra. No es El Quijote, sino un divertimento a propósito de las novelas de Cervantes. Lo veo muy bien y no me cabe duda de que me gustaría leerla, pero sabiendo que estoy leyendo otra cosa que puede servir para acercar la obra de Cervantes a personas que se sienten alejadas por la complejidad sintáctica y léxica de la misma. No contentará a todos pero ya se sabe que ni siquiera el jamón serrano gusta a todo el mundo. Yo voto por esta versión para que sirva para llevar a lectores tímidos a la obra de Cervantes. Esta es de Trapiello.

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