06 junio, 2015

Clásico actual.

"No nos situamos nunca en el tiempo presente. Anticipamos el porvenir como si llegara demasiado lentamente, como para apresurar su curso; o recordamos el pasado, para detenerlo por ser demasiado rápido: tan imprudentes, que erramos por tiempos que no son los nuestros y no pensamos en el único que nos pertenece, y tan vanos, que nos ocupamos de los que ya no son nada y dejamos escapar sin reflexión el único que subsiste. Ello se debe a que, generalmente, el presente nos hiere. Lo apartamos de nuestra vista, porque nos lastima; en cambio, si nos resulta agradable, nos lamentamos al ver que se nos escapa. Tratamos de sostenerlo mediante el porvenir, y pensamos disponer las cosas que no están en nuestro poder para un tiempo al que no tenemos ninguna seguridad de llegar.
Examine cada uno sus pensamientos: encontrará que todos están ocupados por el pasado o por el porvenir. Casi no pensamos en el presente; y, si pensamos, sólo lo hacemos buscando en él una luz para disponer el porvenir. El presente nunca es nuestra finalidad: el pasado y el presente son nuestros medios; sólo el porvenir es nuestro fin. Así pues, no vivimos nunca, sino que esperamos vivir; y, porque siempre nos estamos disponiendo a ser felices, es inevitable que no lo seamos nunca."

Lo que me llama la atención de este texto no es la idea, que ya está muy dicha hoy en día. Lo que me extraña es que sea un cita de Pensamientos de Blas Pascal. 

3 comentarios:

  1. Ayer hice una caminata de más de cuarenta y tres kilómetros bajo un sol implacable y atravesando una sierra árida, seca, agreste, salvaje, mística y metafísica -la sierra del Garraf-. Te aseguro que cuando tu cuerpo ha de sostenerse sobre sí mismo y caminar y caminar sin cesar, uno vive el presente en grado sumo. Tal vez por eso lo hago y añoro cada semana mi salida de los sábados en que me extenúo y llego feliz y satisfecho. La razón secreta es que se vive el presente. No se vive en el pasado ni en el futuro. Es aquí y ahora. Por lo demás es cierto, vivimos fuera de nosotros mismos y no vivimos en profundidad el presente. Estuve practicanzo zen varios años y allí aprendí a meditar intentando encontrarme con el aquí y el ahora. No es fácil. Ni es fácil interrumpir el flujo de pensamientos que nos asaltan continuamente, incluido el sueño.

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  2. También a mi me gusta andar por la sierra. No ando tantos kilómetros, desde luego. Lo hago en Arenas de S. Pedro y cuando lo hago solo disfruto mucho. Mi problema es que cuando voy con alguien me olvido del paisaje. Me concentro tanto en la conversación que todo lo demás pasa a segundo plano. No entiendo por qué le doy tanta importancia a las ideas y a las palabras.

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  3. También a mi me gusta andar por la sierra. No ando tantos kilómetros, desde luego. Lo hago en Arenas de S. Pedro y cuando lo hago solo disfruto mucho. Mi problema es que cuando voy con alguien me olvido del paisaje. Me concentro tanto en la conversación que todo lo demás pasa a segundo plano. No entiendo por qué le doy tanta importancia a las ideas y a las palabras.

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