29 enero, 2014

Testimonios sobre la revolución rusa del 17.


A mí me aburren, en general, las novelas.Pero me interesan más si me dicen que lo que cuentan fue verdad. 
Es el caso de la última que estoy leyendo."El maestro Juan Martínez que estuvo allí" de Chaves Nogales.Un español, bailarín de flamenco, nos cuenta sus peripecias y desventuras en la Rusia de la Revolución.

Me entusiasma. 
A cada párrafo pienso, esto lo podía copiar para el blog. Y así lo mismo, dos páginas más allá. 

Voy a copiar el siguiente. En uno de los momentos en que los soldados blancos (ucranianos) -tan bestias como los rojos- retoman Kiev, expulsando a los bolcheviques, nuestro protagonista es llevado a la Checa, el lugar donde los bolcheviques ejecutaban a sus prisioneros. Allí ve los resultados de una matanza horrorosa.

"Levanté los ojos de aquel montón de carne humana y barro, en el que se destacaban los rostros contraídos y las manos crispadas de los ejecutados. Arriba había un cielo azul impasible y las copas de unos árboles esbeltos mecidas por vientecillo de la primavera. En el tronco de uno de aquellos árboles del patio siniestro descubrí, a la altura de un hombre, un trozo de cartón sujeto a la corteza por un alfilerito. Me acerqué. Era una fotografía en la que aparecían dos niños gorditos, sonrientes, con muchos lazos y encajes, dos burguesitos felices e inocentes. Aquel retrato debió de ponerlo allí algún condenado para poder contemplar hasta el último instante la imagen de los dos seres queridos."

Es verdad que uno ha visto películas con horrores nazis parecidos. Aquí son los comunistas los despiadados.  Pero no se acotumbra uno. Cuando te cuentan que este tipo de cosas fueron verdad te das cuenta de la vida entre algodones que llevamos en Europa actualmente. Y piensas que las huídas, hambres y desgracias que sufre el protagonista, hoy día las estarán sufriendo parecidas muchos sirios, por ejemplo.

Parece mentira que podamos vivir tan ajenos a esas desgracias, que tanto nos conmueven y emocionan cuando nos las cuentan en un libro. 

La novela la recomendó Pseudópodo en su blog y una reseña como Dios manda podéis leerla aquí. 


Y otro texto concreto del libro lo podéis leer aquí. 

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