La felicidad no es una sillita al sol.
Sigo dándole vueltas a lo de la sillita al sol.
Nadie se lo cree. Nadie quiere solo paz y vida tranquila.
Nosotros este finde nos hemos venido a Gijón con la caravana. Gasto de gasolina
y tiempo, novedad, hermoso acantilado sobre el mar lindando al camping. Si
deseáramos una sillita al sol (o a la sombra, depende del tiempo) podíamos
haberla colocado en casa, o cerca.
Necesitamos cambio y distracción. Solo cuando estamos
agotados o estresados por la vida social nos parece que una sillita al sol es
la solución a todos nuestros males. Quizás para los ancianos, faltos de
energía, una vida sencilla sea la felicidad. Los demás pueden que la añoren,
pero solo en teoría. En la práctica quieren distracción.
“La mayoría de los males les vienen a los hombres por no
quedarse en casa.” Parece que Pascal era de los partidarios de una sillita al
sol.
(Nos quedamos hasta el martes porque el martes es fiesta en
nuestra ciudad y hemos podido evitar ir el lunes al insti) ¡Vivan las
vacaciones de los profesores!
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