26 septiembre, 2015

Indiferencia.

Ayer estuve viendo a mi madre.

Hoy pasé todo el día sin acordarme de ella. Por la tarde, mientras paseaba por la calle animada, se me vino a la cabeza.

No sentí nada. Como si me hubiese convencido de que el asunto no va conmigo.

2 comentarios:

  1. Cuando iba a ver a mi madre a la residencia, no me acordaba de su maldad, no. Sentía curiosidad y me llevaba una cámara fotográfica para documentar cada encuentro, sabiendo que alguna de aquellas fotos sería la última. Gracias a esto tengo un reportaje de sus últimos meses. Si hay algo que no puedo sentir es indiferencia hacia nada. Por más que lo procure.

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  2. Quizás la palabra no sea indiferencia. Yo no quiero que mi madre sufra. Voy a verla varias veces a semana. No me olvido completamente de ella. Al mismo tiempo no siento dolor. He admitido que ella está vieja y demenciada y sigo mi vida feliz sin más problemas. Por un lado me parece un signo de salud mental, por otro me crea un cierto remordimiento. Como si en realidad no la quisiera en absoluto.

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